Sunday, February 13, 2022

El Presidente del Gobierno se preocupa por la Jefatura del Estado

 Mi Felipe VI va mucho mejor de su coronavirus. Aun así celebraremos el Día de San Valentín en habitaciones separadas. Habrá que arreglarse con una relación a distancia vía móvil. No puedo exponerme a un contagio. El Presidente del Gobierno me pidió encarecidamente que tuviera cuidado.

 -España necesita una Jefatura de Estado fuerte, Majestad. Hay muchas leyes para firmar. Recuerde que tenemos pendiente de firma la Reforma Laboral de la ministra Yolanda.
 -¿Ya hay muchas trabajadoras y trabajadores fijos discontinuos? -le pregunté.
 -Informaré a Su Majestad el Rey de España de los nuevos contratos laborales que se vayan firmando.

 Muy bien pensé. Me estaba diciendo educadamente que no era cosa mía. Entonces le pregunté por los gastos de La Moncloa.

 -¿Están ahorrando en papel higiénico y esas cosas?
 -Mejor lo dejamos, Majestad. Tenga usted un buen día.

 Se fue. Quedé con sensación de ser una mujer florero sin querer serlo. Llamé a mi doncella Maripuri. Quería saber si habían llegado los anillos boho que había pedido para mi San Valentín.

 -Vienen los quince anillos, mi Reina. ¡El juego completo!
 -Se nota que di con un vendedor honrado.

 Pruebo los anillos. Mi Felipe VI sigue con su coronavirus y no puede ponérmelos. Lo llamo para decirle que los anillos son muy bonitos. Mañana le llegará mi regalo. Espero que le guste. Este año le he regalado unos libros de autoayuda. Seguro que le vienen bien para no deprimirse.

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http://newyorkchic1.blogspot.com/2022/02/letizia-jugando-como-una-nina.html


1 comment:

  1. Anonymous3:12 AM

    Que Se Llama Soledad.

    Algunas veces vuelo
    y otras veces
    me arrastro demasiado a ras del suelo,
    algunas madrugadas me desvelo
    y ando como un gato en celo
    patrullando la ciudad
    en busca de una gatita,
    a esa hora maldita
    en que los bares a punto están de cerrar,
    cuando el alma necesita
    un cuerpo que acariciar.

    Algunas veces vivo
    y otras veces
    la vida se me va con lo que escribo;
    algunas veces busco un adjetivo
    inspirado y posesivo
    que te arañe el corazón;
    luego arrojo mi mensaje,
    se lo lleva de equipaje
    una botella..., al mar de tu incomprensión.

    No quiero hacerte chantaje,
    sólo quiero regalarte una canción.

    Y algunas veces suelo recostar
    mi cabeza en el hombro de la luna
    y le hablo de esa amante inoportuna
    que se llama soledad.

    Algunas veces gano
    y otras veces
    pongo un circo y me crecen los enanos;
    algunas veces doy con un gusano
    en la fruta del manzano
    prohibido del padre Adán;
    o duermo y dejo la puerta
    de mi habitación abierta
    por si acaso se te ocurre regresar;
    más raro fue aquel verano
    que no paró de nevar.

    Y algunas veces suelo recostar
    mi cabeza en el hombro de la luna
    y le hablo de esa amante inoportuna
    que se llama soledad.

    Bicos, Reina.

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