Como no acabo de reinar, me he metido a ama de casa. Dice mi doncella que debo aprender a comprar barato porque la crisis va para largo y puede que tenga que prescindir de sus servicios.
-Yo le cobro diez euros por cada hora de trabajo, mi Princesa, y usted no sé si podrá seguir pagando ahora que tienen que prestarle dinero a Urdangarín para eso de la fianza.
Mi doncella es muy buena persona. Cree que los cuñados nos ayudamos mutuamente. Está muy equivocada. Aquí cada uno va a su bola. Yo a lo mío y mis cuñadas y cuñado a lo suyo. Pero lo de la crisis me preocupa. Parece que Rajoy no arregla la cosa. Siguen aumentando los parados, los precios están por las nubes, la prima de riesgo anda loca, la deuda del país crece,...
-¡La culpa es de Merkel! -explota mi Felipín-. Nos jode España con tanto recorte.
-Calla, hijo -le ordena Su Majestad.
-¿Cómo voy a callar? Rajoy me quiere vender el coche oficial y dejarme en bicicleta.
-No será para tanto, hijo
-¡Vaya si lo es! No hay dinero, papá. España va mal.
No debe ir muy mal para los peperos. Me informó mi doncella de que la nueva vicepresidenta, Aznar y su esposa alcaldesa se dieron una mariscada en La Coruña antes de ir a enterrar a Fraga.
-Son unos ladrones, mi Princesa. Pagaron la factura con el presupuesto del Ayuntamiento de La Coruña.
Maripuri todavía no se enteró de que Espña es el país de los ladrones. Todos roban. Todos los políticos son iguales. Hasta en la Casa Real no somos muy honrados.