Los blogs que lee Letizia

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Wednesday, January 27, 2021

Leonor está triste

Estos días tengo a mi Princesa de Asturias un tanto deprimida. Dice que este país no tiene futuro. Yo creo que mi hija mayor se ha puesto tan negativa porque no para de ver telediarios y escuchar noticias en Radio 5. No es bueno estar tan informada. Mi Sofía, en cambio, está más animada. Es una niña que se parece mucho a mí. Enseguida se viene arriba.

A Sofía le encanta comprar por Internet. Compró una mochila de deporte de Ágatha Ruiz de la Prada que me enamoró nada más verla. Es preciosa. Mi doncella Maripuri nos dijo que ella tuvo una idéntica cuando era adolescente.

-Sólo le faltaba el corazón rosa encima del bolsillo frontal.
-Esta mochila es origina de Ágatha Ruiz de la Prada.
-Ágatha no inventó mucho. Le aseguro, mi Reina, que yo tuve una igual. Y me había costado cara.

Maripuri le llama a todo caro. Cuando le dije que había pagado más de treinta euros por la mochila de Leonor, echó las manos a la cabeza. Decía que con treinta euros comía ella tres o cuatro días.

-No será tanto, Maripuri.
-Con treinta euros hago compra para media semana, mi Reina -insistía.
-Te gobiernas mejor que una Ministra de Economía.
-Por supuesto. Consigo hacer todos los días el milagro de los panes y los peces.

La mochila también está haciendo un milagro: mi Leonor ha vuelto a ser la niña feliz que fue. Sale de casa con su mochila al hombro y se va a hacer deporte sola. Hay que ir de uno en uno, según las normas del Gobierno. Leonor lleva en su mochila el chándal, las zapatillas de deporte y unos pañuelos de papel además de mascarillas de repuesto. Seguimos con la costumbre de cambiarnos para hacer ejercicio en el gimnasio que tenemos al fondo de la finca

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Thursday, January 21, 2021

Trabajando en enero

He regresado al trabajo. No es que no estuviera trabajando. Teletrabajaba. Pero los súbditos y súbditas piensan que si no me ven en la prensa no estoy currando. Salí de negro de pies a cabeza. Hasta me puse las bragas negras. Estaba triste. El coronavirus me trae de cabeza. Cada día hay más contagios y las autoridades no son capaces de controlar la pandemia. Entre el covid-19, la nieve de la borrasca Filomena y la explosión de los curas en la calle Toledo de Madrid no ganamos para sustos. El teléfono rojo no para de sonar estos días.

-Contesta tú, Leta -me pide mi Felipe.
-Mejor que conteste Maripuri.

Le paso el aparato a mi doncella. Maripuri pregunta, consuela, da ánimos. Finalmente nos entrega el móvil rojo con la gente más calmada al otro lado de la línea. El Presidente del Gobierno es el que más llama. Nos dice que va todo bien. Es un hombre optimista. Pablo Iglesias, el líder de Podemos, es el que menos llama. Sus llamadas suelen ser para preguntarnos si queremos dejar de ser los Reyes de España.

-Tal como está el mercado laboral -le dije un día -, no me planteó volver al periodismo. Prefiero seguir siendo la Reina de España.
-Es lo que dice mi mujer. Irene tampoco se plantea ser otra cosa que no sea Ministra.
-¿Y tú? -le pregunto.
-Yo soy el Vicepresidente del Gobierno de España.

No le recordé que las urnas podían quitarles el curro a él y a Irene. Me pareció de mal gusto decirle que tiene un trabajo temporal en el Gobierno. Es lo que pasa cuando no eres un miembro de una monarquía reinante.

Hablando de jefazos, ha llegado Biden, ese viejecito encantador que le ganó las elecciones a Donald Trump. Me enterneció verlo con un nieto en brazos. Los niños rejuvenecen mucho. Creo que se va a presentar otra vez a las elecciones a la Casa Blanca. La primera Vicepresidenta de los Estados Unidos tendrá que esperar más de lo que cree. Quienes no esperaremos mucho para ir a conocerlos somos nosotros. Me dijo mi Felipe que está preparando un viaje a Estados Unidos. El Presidente Sánchez quiere que vayamos a vender la marca España. Yo iré con mi fondo de armario. No está el horno para muchos bollos.




Monday, January 11, 2021

La nieve de Filomena

 
 Nieva en La Zarzuela. Nieva como nunca había nevado. Me asusto. Mi Felipe me abraza y me dice que no pasa nada. Estamos en nuestro palacio con las neveras llenas de comida y los tejados seguros. Las niñas siguen en sus habitaciones con sus clases online. Son más valientes que yo.

 -¿Cómo estarán en Madrid ciudad, Felipe?
 -Bien, Leta. Los madrileños se acostumbran enseguida a la nieve. Muchos saben esquiar.

 Los vemos en los telediarios esquiando, cayendo, quejándose, sin autobuses, con los metros llenos, sin aviones, con los supermercados casi vacíos. El año 2021 nos ha traído una Filomena muy complicada.

  Doña Sofía nos llama desde el viejo Palacio. Nos dice que acaba de llamar su hija Elena diciendo que no viene para Madrid. Quiere quedar en Abu Dabi con su padre. Le digo que no nos importa.

 -Debería importaros el paradero de una Infanta de España -insiste mi suegra.
 -Estamos preocupados por la borrasca Filomena.
 -Pues seguid pensando en la nieve.

 Salgo a hacer deporte con mi nuevo chándal. Es un chándal de invierno calentito. Compré otros dos chándales iguales para mis Herederas. Cuando acabo de dar la primera vuelta corriendo a mi Palacio se me unen las niñas. Corremos a la misma velocidad. Mi Felipe se asoma a la ventana de su despacho y grita que volvamos para casa. Teme que nos enfriemos.

 Entramos en casa. Las niñas dicen que van a ver el telediario. Han salido a mí: les gusta estar encima de la noticia y la noticia del momento es que nieva en Madrid. Yo voy directa al gimnasio. Quiero muscularme un poco. Me estoy acostumbrando todos los días a hacer unos minutos de pesas.
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Wednesday, January 06, 2021

Firmes

 Firmes. Así estuvimos en el patio del Palacio Real todos. Firmes por el frío. Yo estaba tan helada que pensaba que no me iba a poder mover. Mi Felipe parecía un soldadito de plomo, con su uniforme azul y su mascarilla a juego. Estuve a punto de ponerme una mascarilla negra para ir también conjuntada, pero mi doncella Maripuri me quitó la idea de la cabeza.

 -Parecerá usted una Reina de luto -me dijo.
 -De luto estamos, Maripuri. Sigue muriendo gente por culpa del coronavirus dichoso.
 -Dejarán de morir cuando nos vacunen a todos, mi Reina -me consoló mi doncella.

 No quiero pensar en la vacuna. La campaña de vacunación va muy lenta. No hay suficientes enfermeras para vacunar a 47 millones de ciudadanos y ciudadanas. Doña Sofía se ofreció para ir de enfermera, pero le dijeron que no aceptaban enfermeras jubiladas. A mi madre tampoco la aceptaron. Encima no vacunan ni en festivos ni por las tardes. Por lo menos en Madrid. En el resto de España creo que tampoco.

 La Pascua Militar fue un poco aburrida. La Ministra de Defensa dio un discurso que metía miedo. Se acordó de los generales jubilados, de los de la carta a mi marido pidiendo mano dura con los de Podemos. No creo que sean un problema. Yo conozco a algunos y son unos viejecitos muy simpáticos. Cuentan unos chistes igualitos a los de Gila.

 Hacía tanto frío que decidimos dejar en La Zarzuela a las niñas. La Princesa de Asturias quería venir. Le dije que ni hablar. El frío es muy malo cuando estás en edad adolescente. Enseguida te constipas. Mi Sofía, en cambio, aceptó mucho mejor quedar en casa.

 -Voy a llamar al abuelo emérito a ver si sopló las velas de su tarta de cumpleaños.
 -Seguro que sí, cariño. Tu tía Elena está en Abu Dabi con él. Entre los dos apagarán las 83 velas en un segundo. Soplan mucho.
 -¿Le habrá llegado nuestro regalo, mami?
 -No creo que lo quiera, cielo.

 Mi suegro nos devuelve todos los regalos. Dice que se ha vuelto tan honrado que no acepta nada del Jefe del Estado y de su familia. Puede comprar lo que quiere con su dinero.

 Regresamos a casa congelados. Yo nunca había pasado tanto frío. En el coche abrazaba a mi Felipe temblando. Mi Rey de España también estaba congelado. Quise poner la calefacción del coche oficial, pero no había. Somos pobres. España es pobre. Hace bien mi suegro al quedarse en Abu Dabi. Allí, por lo menos, no pasa este frío que nos trae una borrasca llamada Filomena.
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