Mi Leonor tiene novio y yo no sabía nada. Dice su hermana Sofia que es un compañero de clase millonario por su futura herencia. Eso me preocupa. Seguro que es de una familia del PP, de una familia de derechas, y eso no está bien visto en esta España nuestra que vota izquierdas mayoritariamente. Mi Leonor no lo entiende. Dice que lo suyo es amor de verdad.
-Piensa en España, hija.
-Pienso en España. Por eso he buscado novio pronto. Tengo que casarme y tener un heredero o heredera. Lo haré pronto si tú y papá me dais permiso.
-Ni lo sueñes, hija.
-Entonces tendré que esperar a cumplir 18 años. Con la mayoría de edad no necesitaré permiso para contraer matrimonio con Miguel.
-¿Se llama Miguel?
-Sí, mamá, y es muy guapo. Es un chico que no tiene nada de acné.
No sé si reír o llorar. Mi Felipe VI dice que no con la cabeza. Está enfadado. Esperaba que Leonor se enamoraría muy tarde. Mi doncella Maripuri nos sirve la cena en silencio. Me susurra al oído que no es verdad, que Leonor no tiene novio formal. Mi Lenor le pide a Maripuri silencio. Lo suyo es serio, dice. Debe serlo. Tiene cara de adolescente enamorada. En el fondo la comprendo. Yo también me enamoré a su edad. Lo mío era todavía más serio: me había enamorado de mi profesor.
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