Sofía tuvo un accidente extraño. Ni yo misma sé cómo acabó con cinco puntos en la rodilla. Sofi me dijo que cayó, pero temo que sea cierto lo que dicen las malas lenguas: su primo Miguel la empujó en una discusión de niños crecidos.
Se lo pregunté. Mi Sofi me pidió que lo olvidara.
-Ya casi no me duele, mami. Dijo el médico que me va a quitar los puntos hoy mismo. Estoy cicatrizando bien.
-Tú no te acerques a tus primos, cariño. Los Urdangarines son muy revoltosos.
-No están en Mallorca, mami.
-Queda uno.
-¿Te refieres a Miguel? No lo he visto.
-Mientes, hija. Dicen el la televisión que fue tu primo Miguel el que te provocó la caída.
-Mamá, por favor. Ya no eres periodista.
-Sigo siendo periodista, hija. Soy Reina de España y periodista.
Mi hija marchó con su muleta azul. Va todos los días a un trozo de playa privado que nos dejaron para nosotros solos. A Sofía le gusta mucho el sol. Su hermana Leonor, en cambio, es más de sombras. Está leyendo Los artículos de Larra por enésima vez. Mi Leonor sale a mí más que a su padre. Es tan lista que le gusta la lectura y se apasiona con la Historia.
Doña Sofía sigue en sus aposentos con su hermana Irena. Apenas nos encontramos. Tenemos el Palacio de Marivent bien repartido. Sólo quedamos un día para comer en familia. Doña Sofía le preguntó a su hijo por el nombre de la última amante de don Juan Carlos.
-Dime que no es Corinna.
-Creo que no, mamá.
-Esa mal nacida nos lleva a la ruina. Cualquier día nos echan de España los de Podemos por su culpa.
-Corinna no será un problema. Papá le pagó bien el finiquito.
-Entonces volverá. Querrá otro finiquito de 65 millones de euros.
-No hablemos de esas mujeres, mamá.
-¿Y de qué quieres hablar, hijo?... ¿Sabes que tu cuñado Iñaki va a salir de la cárcel una vez al mes? Falta le hacía. Me dijo Cristina que el pobre Iñaki está cogiendo color de gato.
-No me hables de Urdangarín, por favor -pidió mi Rey de España.
-Hablemos de un país para exiliarnos -tercié-. Yo me iría a Estados Unidos. En Los Ángeles se vive muy bien. Podríamos comprar una mansión, montar un canal en Youtube para contar nuestra vida privada y no dar palo al agua.
-Eso ya lo hacemos en España -observó doña Sofía-. Estamos todos los días en los telediarios.
Acabamos el postre sin ganas de hablar más. Doña Sofía marchó a hacer su sesión de yoga meditativo. Yo fui a la playa con mis hijas. Mi Felipe se metió en su despacho. Venía el Presidente del Gobierno a verlo. Creo que quería hablarle de don Juan Carlos. Mi suegro quiere regresar. Se aburre mucho en Abu Dabi. Espero que el Presidente acceda a la exportación de reses bravas. Me dijo mi Felipe VI que don Juan Carlos quiere organizar unas corridas de toros en el desierto.
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