Mis suegros no se divorcian. Lo digo y repito porque ya tengo dudas. Veo a doña Sofía silenciosa. La dejamos en Palma con su hermana Irene y con una prima que está casada con un médico. No quiso regresar a Madrid tan pronto. En Palma está en su salsa, sobre todo ahora que don Juan Carlos anda lejos. Doña Sofía puede pasear sin temor a encontrarse con alguna amiga especial de mi suegro.
Nosotros regresamos a Madrid. Hay que preparar la vuelta al cole de las Herederas de España. Mi hija Leonor está preparándose para salvar la Monarquía. Le dijo mi doncella Maripuri que el mercado laboral no está para princesas.
-En el antiguo INEM no hay trabajo para príncipes y ni princesas, Alteza.
-Yo me conformo con un trabajo de camarera.
-El sector de la hostelería está en crisis. Acabará usted vendiendo cremas de Mary Kay.
-No sería mala idea.
-Usted no vale para vender puerta a puerta cremas, Alteza. La insultarían.
-También me insultan ahora cuando voy a trabajar a eventos públicos como Princesa de Asturias.
-La insultarían más como vendedora de cremas.
Leonor se convence. Es mejor ser Princesa de Asturias que ser consultora de Mary Kay. Por eso está preparando su vuelta al cole y la vuelta al cole de su hermana Sofía.
-Te llevaré yo la mochila, hermana. Todavía te duele la rodilla, ¿verdad?
-Yo puedo con mi mochila.
-Yo llevaré las dos mochilas -insiste mi Leonor, y se echa al hombro derecho su mochila y al hombro izquierdo la mochila de su hermana. Me sorprende su fuerza. Yo apenas puedo con mi bolso carterita.
Mi doncella Maripuri imprime las noticias de la prensa on line que tienen como protagonistas a los Reyes Eméritos. Nada nuevo. Don Juan Carlos sigue en los Emiratos Arabes Unidos y doña Sofía anda por Palma de Mallorca muy digna.
-¿Se divorcian los abuelos, mami? -me pegunta mi Sofi.
-No, cariño. Tu padre no les deja.
-¿Volverán a vivir juntos?
-Lo dudo. Tu abuela no quiere ir a vivir tan lejos. Es muy europea.
-¿Volverá pronto el abuelo? -sigue preguntando mi hija menor.
Me quedo sin respuestas. Mi Leonor arrastra a su hermana a su pequeño despacho y le explica con todo lujo de detalles la situación de los Reyes Eméritos. Las dejo solas. Mi doncella Maripuri me propone llamar a don Juan Carlos para saber cómo se encuentra. Ni se me ocurre. Su hijo tampoco lo llama. Mi Felipe VI está intentando salvar el Trono de España. Sería una pena que dejáramos de ser los Reyes. No me veo de periodista otra vez. Y mi Felipe lo tendría peor para encontrar curro. Como dice mi doncella Maripuri, en el INEM nunca hubo un empresario que llegara pidiendo un príncipe para trabajar en su empresa.
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