Resaca electoral

La niñera Rafaela está muy enfadada porque Sebastián no va a ser alcalde de Madrid.

-Tenía que gobernar el partido menos votado, ciudadana Leti -me dijo muy seria y apenada -. En Madrid gobernaría Sebastián con el apoyo de Izquierda Unida, la bendición laica de Zapatero y el refrendo del Rey.
-El Rey refrenda las leyes, so burra.
-¡Calla, Maripuri!
-Gracias por defenderme, ciudadana Leti.
-No te defendí, sólo apoyé tu derecho a expresar tu opinión sobre la Ley electoral.

Maripuri ejerció su derecho de opinión sobre el sistema electoral esta mañana cuando me trajo mi desayuno inglés.

-Yo quiero que gobierne la lista más votada, mi Princesa.
-Tus deseos se cumplen, mi querida Maripuri: gobierna ZP.
-Me refería a las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos ganados por el PP a lo largo y ancho de esta España nuestra.

Volví a colocarme los tapones antiruidos en las orejas para salvar mis oídos de un mitin pepero. Mi doncella hablaba y no callaba. Yo la miraba y veía a una sucesora ideal para Rajoy. El lenguaje gestual de Maripuri arrastraría a toda la derecha a las urnas. Su dedo índice señalando la cuan de la infanta Sofía me obligó a sacar los tapones y oírla.

-Esa niña no puede ir.
-¿A dónde no puede ir mi Sofía?
-Al colegio San Patricio. La infanta Sofía es una niña débil y moriría al ver los feroces curas patricios irlandeses que adoctrinan a la infancia en el temor a Dios y al infierno. ¿Vio la cara de miedo que tiene Froilán, mi Princesa? Esos curas han traumatizado al primer nieto de Su Majestad.
-Maripuri, tu PP recomienda colegios católicos para los niños.
-Ese no es mi PP. Si yo fuera Rajoy, le quitaba la subvención a todos los colegios privados. Fuera conciertos. Están hundiendo la enseñanza pública y quitándole la alegría a los niños.

Empecé a pensar en la compleja ideología política de mi doncella. Mezcla el programa de la derecha con el de la izquierda, es más ecologista que los Verdes, es más feminista que todas las feministas unidas en coalición antimachismo,...

-Hay que sacar a Froilán del San Patricio, mi Princesa. Dígaselo al Príncipe.
-El Príncipe todavía no es el jefe de la Familia Real.
-Hoy es el jefe en funciones. El Rey está de caza.

Maripuri no conoce a mi Felipín. Mi esposo Príncipe jamás de los jamases cometería un acto de deslealtad a Su Majestad.

-Además nos ahorraríamos el millón de euros al año que nos cuestan Froilán y Victoria Federica en el San Patricio.
-¿Tanto cobran esos curas irlandeses?
-Sí, mi Princesa. Y son igualitos a los de Las cenizas de Ángela.

Tengo que confirmar esa cifra con el contable Juan. Maripuri debe estar equivocada. ¿No dice que los curas del San Patricio son como los que confesaban a Frank McCourt en Irlanda? Creo recordar que aquellos sacerdotes de Limerick eran muy humildes tanto en lo personal como en lo material.

La primera comunión de Froilán

No me gusta nada que la Familia haga fiestas cuando estoy de lactancia. Mi Leonor quiere ir y no me fío de mi Felipín. Los hombres no saben cuidar de los niños; les dejan hacer lo que quieren.

-Llevo a la niñera Rafaela también, Leta. Verás como Leonor regresa sin un rasguño.
-No la dejes sola ni un solo instante. Tu sobrino Froilán es propenso a patear a las niñas de la Familia Real.
-Tranquila, amor. Froilán sabe que no le puede pegar a la Heredera del Heredero.

Intenté calmar mis nervios ocupándome personalmente de mi niña Sofía. Estaba paseándola por el jardín cuando sonó el móvil. Era mi Felipín muy preocupado porque se había equivocado de regalo.
-Marichalar está maldiciendo a todos los comunistas, Leta.
-¿Ya tomó la primera comunión Froilán?
-¿Qué importa eso?

Quedé a cuadros. ¿No era la fiesta por la primera comunión del hijo de Elena? Mi Felipín me dijo que lo importante eran los regalos.

-Yo le llevaba una camiseta de Iker Casillas con una insignia de oro y brillantes del Real Madrid, y cuando abrió el paquete, apareció un jersey de rayas como el de Evo Morales con la cara del Che bordada en hilo negro.
-Te dieron el cambiazo en la tienda del Real Madrid.

El cambiazo no fue en la tienda sino en Palacio. Maripuri me confesó muy seria que había sido ella la que adulteró el regalo.

-No me gusta que los nietos de Sus Majestades vayan a colegios privados, mi Princesa.
-Froilán y Victoria Federica van a un colegio católico.
-Católico, privado e irlandés.

Mi Felipín volvió a telefonearme. Quería que el contable Juan fuera al Santiago Bernabeu a buscar un balón reglamentario.

-Ni hablar. Tu sobrino es capaz de dejarnos sin la primera Heredera del Heredero en el primer penalty que lance.
-Los penaltys los tira Miguel.
-Por mí como si los tira Alfonso XIII. No hay balón y punto.

No me volvió a llamar, pero mandó a la niñera Rafaela para casa.

-Están todos los pijos de Madrid en la Zarzuela Vieja, ciudadana Leti.
-¿Y tú qué haces aquí?
-Yo soy anarquista, nacionalista y separatista. Se lo dije a todos los invitados.
-Supongo que también le dijiste que eres transexual.
-Esa fue mi primera confidencia. Marichalar dijo que él es el único monárquico. Los payasos que contrataron para el evento eran republicanos.

Como mi Felipín no cogía el teléfono, mandé a mi doncella Maripuri a buscar a mi Infanta grande.

-No quiere venir, mi Princesa. Dice que está en el Palacio desde el que gobernará el Imperio español.

Tuve que acercarme yo a la fiesta con mi bebé en brazos.

-¿Qué haces aquí, Leta? -preguntó mi Felipín.
-Rescatar a tu Heredera de las garras del nacionalismo español.

Mi niña Leonor no puede ir a fiestas monárquicas por muy de primera comunión que sean. Me va a costar horrores hacerle olvidar palabras como patria, nación, país, Monarquía, reyes, bandera, himno,...

La amiga de Gallardón

Las próximas elecciones municipales están trastocando la cotidianidad de Palacio. La niñera Rafaela se empeña en hacer campaña para Miguel Sebastián.

-Tiene pelotas el tío. Se atrevió a sacar la foto de la querida de Gallardón delante de sus mismísimas narices.
-Modera ese vocabulario, niñera Rafaela, por favor.
-¿Quieres que te cuente un chiste, ciudadana Leti? En Lepe dicen que la niñera de las nuevas Infantas es más...
-¡Calla!
-Más lista que Carolina de Mónaco porque en vez de casarme con un...
-¡Calla! -la vuelvo a interrumpir. Tapo mis principescos oídos para no oír un chiste peor que los míos. La niñera Rafaela hace mímica con un ejemplar de "el mundo" en la mano.
-Peñafiel escribió en su columna semanal que el ciudadano Juan Carlos cazaba fauna francesa con sus amigos internacionales mientras tú parías con dolores terribles a la segunda Infanta ciudadana Sofía niña.

La niñera Rafaela no tiene arreglo. Busqué a Maripuri. Otra más que malgasta su tiempo con las elecciones. La encontré en el despacho del contable Juan echando las cartas.

-En Madrid ganarán Gallardón y Esperanza Aguirre, mi Princesa.
-¿Dónde está el contable Juan?
-Aquí estoy, Princesa -contestó desde la pantalla de videoconferencias-. Estoy en Berlín escribiendo la nueva Constitución Europea.
-Regresa lo antes posible -le pidió Maripuri-. Te echo de menos, cariño.

Corté la conexión. Las videoconferencias son muy caras.

-Vuelva a conectarnos, mi Princesa. Tengo que decirle a Juan que voy a votar al Partido del Amor Libre, el domingo.
-Ese partido no existe, Maripuri.
-Sí que existe, mi Princesa, no todo va a ser PP y PSOE.
-Total, no va a ganar.
-El amor siempre gana. Fíjese en los amores de Gallardón con la Corulla.
-No seas cotilla, Maripuri.
-Según el tarot, Sebastián fichará por el Tomate, participará en el Mira quién baila y se casará con Gema Ruiz, la ex de Cascos. Pero antes se hará de oro publicando en Interviú las fotos de las amantes de los políticos.

Mientras no publique fotografías comprometedoras para la Monarquía Republicana, por mí puede publicar hasta fotos de las amantes de Aznar en tinta china. Yo no voy a votar a ese Sebastián. Votaré por Izquierda Unida con el pensamiento.

Casi bodas de oro

Cuarenta y cinco años llevan casados Sus Majestades. ¿Alcanzaremos mi Felipín y yo las cuatro décadas largas de feliz unión? Se lo pregunté a doña Sofía y me dijo:

-Depende de ti, querida. Si aprendes a ser una sufridora esposa, llegaréis a las bodas de plata, después a las de oro y, quién sabe, si la ampliación de la esperanza de vida os permitirá festejar las bodas de platino rodeados por la Familia Real más amplia de la Historia.

-Ya llevo mucho sufrido, Majestad. Voy por mi segunda cesárea, y aún me quedan tres para llegar a la familia de cinco hijos que le prometí a mí Felipín en el contrato prematrimonial.
-Yo me refería a otro tipo de sufrimientos, querida.

Los sufrimientos de la Reina son los cuernos. Su Majestad es demasiado campechano con las mujeres súbditas. En cambio, mi Felipín es otro tipo de hombre. Sólo me ama a mí y más le vale.

-El ginecólogo del Opus la espera en su sala privada, mi Princesa.
-¿Otra vez? Dile que me duele la cabeza, Maripuri.

Odio a ese hombre que no quita la bata blanca ni para dormir. Viene todas las semanas a decirme que es capaz de practicarle veinte cesáreas a cualquier mujer católica.

-El ginecólogo nos cobró mil euros, Princesa -me informó el contable Juan horas después.
-¿Por venir desde Navarra a Madrid y marchar sin verme?
-Aquí está su informe médico.
-Me vio a mí.
-¿Qué dices, niñera Rafaela?
-Yo me tumbé en la camilla portátil y le enseñe mi operación de transformación, ciudadana Leti.
-Así se hacen amigos.
-No me dijo nada, ciudadana Leti, sólo rezó unos cuantos padrenuestros sobre la alfombra persa.

A quien le dijo mucho fue a mi Felipín. Lo telefoneó hoy, una vez recuperado del impacto de la transexualidad de la niñera Rafaela y le dijo que era juancarlista.

-Otro que no será felipista, Leta.
-Mejor, cariño. Yo con los del Opus no quiero tratos.
-Es un experto en cesáreas complicadas.
-Dos herederas del Heredero son suficientes, mi Princesa. Su útero es más importante que la Corona.

Maripuri es la voz del sentido común, pero el sentido común no entiende de esposas sufridoras dentro de palacios dorados.

El regreso del contable Juan

Ayer apareció el contable Juan más contento que unas castañuelas.

-Misión cumplida, Princesa -me dijo-. Angela Merkel accedió a hablar con Zapatero.
-¿Estaban enfadados?
-No era cosa de enfados sino de idiomas. ZP quiere que le hablen en español, y Angela Merkel sólo hablaba alemán. Le enseñé a decir hola y adiós.
-Con hola y adiós no hay vocabulario para mantener una conversación.
-Se equivoca, Alteza. Los políticos sólo dicen hola y adiós. Hola cuando llegan al cargo y adiós cuando se van. Son sus dos grandes verdades en todos los idiomas.

A mí el servicio me trae de cabeza: Maripuri está de uñas con la niñera Rafaela, el contable Juan va a Alemania a enseñar a Angela Merkel a decir hola y adiós en español, el jardinero Jordi incumple la ley de incompatibilidad laboral poniendo una constructora, la cocinera Ángela cada día hace la comida más salada. Y para acabar con mi paciencia está la infanta Sofía. No quiere mi leche.

-A la Infantita le gusta la leche de la Central Lechera Asturiana. ¿Le damos otro biberón, mi Princesa? -me preguntó Maripuri.
-¿Qué dices? ¿No te habrás atrevido a alimentar a la segunda Heredera del Heredero con leche de tetrabrik?
-No la podemos dejar morir en una huelga de hambre infantil.
-Le estropeaste el paladar, Maripuri.
-No, mi Princesa, se lo encontré. La única leche que le gusta es la de vaca asturiana. En cambio, a su hermana la infanta Leonor, le encanta la leche gallega. Sólo toma el Cola Cao si se lo preparo con leche Leyma.
-al final mis hijas se van a parecer a ti, Maripuri.
-Imposible, mi Princesa. Yo no puedo tomar leche.

Es cierto. Mi doncella tienen una intolerancia alimenticia centrada en la leche virgen. No puede beber ni medio vaso de leche, pero devora todos los yogures naturales que encuentra en la nevera de Palacio. Y el queso de Burgos también.

-¿Quién borró las copias de seguridad, Alteza?
-No me cuentes más problemas, contable Juan.
-Te las borre yo, querido Juan. Pensé que no volvías.
-Ahora puedes pensar que no marcho jamás de los jamases. Rehacer cinco meses de contabilidad borrada me va a obligar a trabajar todas las noches.

Yo quisiera que mi Felipín fuera como el contable Juan. Ahí lo tienes lleno de paciencia y amor por Maripuri, rehaciendo los asientos contables. ¿Qué haría mi Felipín si le rompiera los papeles de un discurso justo antes de leerlo? Tengo que preguntárselo.

La fiesta de la escoba

Maripuri regresó ayer a Palacio sin el contable Juan. Venía más maquillada que de costumbre. Mi doncella, cuando está enfadada, le da al maquillaje. Pinta los ojos azul cielo y resalta los labios con un color rojo pasión que sólo ella se atreve a poner. Yo aún recuerdo el día que lo intenté. Mi Felipín lloraba. Decía que perdíamos la Monarquía en el primer viaje oficial a una Autonomía si yo lo acompañaba con los labios pintados con el pintalabios de mi doncella. La Monarquía lo primero, me dije. Nunca más volví a usar carmín rojo pasión.

-Esta noche hay fiesta, mi Princesa.
-¿Hacéis fiesta vosotros, Maripuri? La fiesta, en El Pardo. Aquí las niñas tienen que dormir.
-Me gustaría que viniera usted a mi fiesta, Alteza. Sabe lo mucho que la aprecio. Por cierto, Rafaela no está invitada.
-¿Y el contable Juan?
-Todavía no ha regresado de su larga visita al Presidente Zapatero. Yo de usted iría buscando un nuevo contable.
-¿Por qué, Maripuri?
-Porque ZP encandila a todos los que van a verlo. Les empieza a hablar de la Alianza de Civilizaciones y los convierte a su causa.
-A todos no, Maripuri. Rajoy fue muchas veces a hablar con el Presidente y sigue crispado.
-Los gallegos somos difíciles de engañar, mi Princesa. Se nos puede camelar, pero no llevar al huerto.

¿A qué huerto se referiría mi doncella? Supuse que era algo relacionado con aquella pregunta que le hicieron en televisión a Rajoy sobre si iría a una boda de un hijo supuestamente homosexual. ¿No pensará Maripuri en una relación de reportaje de la revista Zero entre ZP y Rajoy? No, yo quiero Monarquía Republicana. Nada de Repúblicas. No quiero ni imaginar las cuestiones que le plantearían a mi Felipín en "Tengo una pregunta para usted". Mi marido Príncipe sólo sabe la Constitución, y en la Carta Magna no pusieron el precio del café ni mi modesto salario.

La fiesa de Maripuri rompió los decibelios de la noche madrileña. Despertó hasta a mi Felipín que nunca despierta hasta que lo amenaza Su Majestad con desheredarlo.

-Algo va mal, Leta -decía asomado a la ventana.
-Ven para camita, amor.
-¿No oyes los gritos?
-Es el hip hop. A Maripuri le encanta. Es una fan de la Mala Rodríguez.

Mi Leonor también despertó.

-Mira, mami, es el baile de la escoba.
-¿Qué haces futura reina Leonor I?
-Bailar con la escoba como me enseño Maripuri. Dijo que era el baile sexy. ¿Qué es sexy, mami?

Aquello no lo podía permitir. Maripuri me iba a oír por enseñarle una palabra incorrecta a la infanta Leonor. Le quite la escoba a mi niña y la acosté en la cama heredada de la infanta Isabel, hija de Isabel II y conocida como la Chata.

-Me voy al Pardo.
-Tienes que darle el pecho a la infanta Sofía.
-Que se aguante, yo tengo que hablar con Maripuri.

No necesité llegar al Pardo. en la mismísima puerta de casa tenía una batalla campal montada. Maripuri apaleaba sin cansarse a la niñera Rafaela.

-¡Quieta, Maripuri!
-Espere, mi Princesa, que me faltan quince escobazos.
-¡Felipe! -grite -.A mí la Guardia Civil.

Mi Felipín no se atrevió a llamar a la Guardia Civil, vino él mismo y rescató a la niñera Rafaela de las garras asesinas de Maripuri.

-Tengo derecho a vengarme toda la vida de esta mamarracha.
-Maripuri, por Dios, nunca oí semejante vocabulario en tus labios.
-En la guerra todo vale, mi Princesa, y yo tengo la obligación moral de defender a los súbditos de la Patria.

Y tanto que los defendió. Les dio una comilona que acabó con todos los jamones pata negra que le regalan a Su Majestad. No sé si Maripuri ganó votos para mi Reino Republicano, pero tras ver como quedaron la niñera Rafaela y sus amigos que llevó para reventar la fiesta de Maripuri, yo se la voy a proponer a ZP como reservista para situaciones de peligro de invasión de la Patria.

-Era yo sola contra setenta y dos, mi Princesa.
-No lo vuelvas a hacer, Maripuri. Las batallas hay que darlas con la palabra.

Maripuri me mira en silencio. Necesita cinco minutos de profunda meditación para volver a sonreír.

¡Horror de niñera!

El contable Juan lleva dos días en el palacio de la Móncloa con ZP. El Presidente tiene depresión por la victoria de Sarkozy en Francia y, como oyó decir que nuestro contable es un hombre muy animado, lo llamó a su vera para que le cure la tristeza.

-Voy a buscarlo, mi Princesa -dijo ayer Maripuri-. ZP causa estragos.
-No me hables de política, Maripuri.
-ZP es gafe.
-No cuentes chismes.
-Es cierto, mi Princesa. ZP le dio mala suerte a Kerry en EEUU, a aquel socialista alemán de nombre imposible y también gafó a la francesa Royal. No quiero ni pensar la mala suerte que puede provocar su próximidad en mi novio.

Yo tampoco sé en qué puede gafar ZP al contable Juan ni tengo tiempo para preocuparme por la mala suerte. Mi preocupación es más tangible: se llama Rafaela.

La nueva niñera sigue vistiéndose con ropa indecorosa. Le prohibí acercarse a mis Infantas.

-Eres un mal ejemplo para la infanta Leonor -le dije.
-en Madrid hace mucha calor, ciudadana Leti. Es insano ir tan arropados.
-Con calor y con f´rió, nada de minifaldas en Palacio.
-Sudo mucho, ciudadana Leti.
-¡Lo que nos faltaba!
-Desnuda sudo menos.
-Voy a llamar al jefe de los servicios médicos de la Familia Real. Necesitas un valium.

El valium acabé necesitándolo yo: el doctor dijo que el exceso de sudoración de la niñera Rafaela estaba motivado por los llantos de la infanta Sofía.

-Esa niña llora porque no tienes buena leche, ciudadana Leti. Hay que darle un biberón de leche de la cabra de la Legión.
-Yo no le doy a mi Sofía leche de ninguna cabra, niñera Rafaela. Si tienes sudores aireate en el jardín.

Con tanto aireo, sudores y tonterías ésta no le da un palo al agua. Maripuri fue a buscar al contable Juan a la Móncloa y aún no regresaron. Mi Felipín es tan antiguo que no le solicitó a Su Majestad una baja por paternidad para cambiar dodotis. Doña Sofía mucho visitar a su nieta Infanta en la Ruber, pero ahora brilla por su ausencia. Y yo estoy aquí de madre, ama de cría, niñera y aguantaniños.

Otra vez en Palacio

Ya estoy en casita, donde no faltan problemas domésticos. ¡Qué vida tan dura la mía! Para que hable Maripuri de los pobres españolitos que pagan impuestos...

Nada más bajar del coche oficial, conocí a la nueva niñera. Es una mezcla de Alaska y Madonna.

-Quién es esa mujer, Felipe? -pregunté espantada.
-Te presento a Rafaela, amor; es la nueva niñera.
-¡Hola Leti! ¿Esta rorra es al Sofía? Hay que darle más la teta, coño, que se nos queda esmirriada.

Me desmayé allí mismo, con mi segunda Infanta en brazos. Lo último que oí fue a mi Leonor diciendo mami, mami.

Desperté cinco minutos después. Mi Felipín lloraba como un niño. Ni Alfonso XII lloró más por la reina María de las Mercedes.

-¿Despertó la Leti?
-¡Sacadme a esa bruja de delante!
-Por favor, Rafaela, retirese.
-Lo que digas, ciudadano Felipe.

El dolor de cabeza me volvía loca. Mi doncella Maripuri llegó con una tila.
-Tómela toda, mi Princesa.

La bebí como pude. Maripuri no le había puesto azúcar, y yo no tenía voz para pedírselo. ¿Quién había contratado a la tal Rafaela? Según mi Felipín, era cosa de ZP.

-El Presidente ejerció su derecho sobre la educación de mis Herederos.
-Pero, amor, nos envió a una maleducada asquerosa. Habla como una vulgar...
-No diga palabrotas, mi Princesa.
-Calla, Maripuri, y déjame hablar. Esa vulgar persona va a echar a perder a mis dulces criaturas.
-Dale tiempo, Leta; aprenderá. Ten en cuenta que es transexual.
-¡Por los clavos de Cristo!
-ZP quiere que las Infantas se familiaricen con las distintas opciones sexuales.
-Voy a hablar con tu madre, la Reina. Perdiste la cabeza mientras estuve en la Ruber.

La Reina dijo que no era para tanto. Llevó a Rafaela para la Zarzuela Vieja y la domó. Esta mañana apareció con las mismas pintas, pero con mejor vocabulario.

-Le tienes que dar el pecho a la niña Sofía, Leti.
-Llámame Princesa o Alteza, como hacen tus compañeros, y recuerda que Sofía y Leonor son Infantas de España.
-Si no le gusta Leti, la llamaré ciudadana Leti. ZP me pidió que los tratara con modales republicanos-nacionalistas-separatistas.

Llevó toda la mañana llamando a la Móncloa. ZP no se pone al teléfono. Lo siento por el contable Juan, pero este fin de semana se tiene que quedar en Palacio. Tenemos que localizar al Presidente.

Isabel Pantoja me quita los fotográfos

Casi me fastidian la salida de la clínica con el encarcelamiento de la Pantoja.

-Se fueron los fotógrafos, Leta. Vamos a tener una salida tranquila el viernes -me informó mi Felipín.

-No puede ser. Llama a Su Majestad y dile que la indulte.

Mi Felipín se negó. Su Majestad anda enfadado estos días y no se podía molestar. Llamé a Zapatero.

-Necesito a la Pantoja en la cárcel, Alteza. El Pueblo quiere diversión y yo no puedo consentir que se divierta criticando mis políticas.

-Yo necesito periodistas en la Ruber, Presidente. Tienen que fotografiar la salida triunfal de la infanta Sofía.

-Veremos lo que se puede hacer

No dormí en toda la noche. Despertaba a mi Felipín y le preguntaba por la salud de la Pantoja.

-Duerme, Leta. Aprovecha ahora que no llora Sofía.

-Para mí siempre será Lucrecia.

-Cariño, duerme y no pienses.

¿Cómo no iba a pensar? Ni el Tato quedaba en la tribuna de periodistas.

Por la mañana vino Maripuri a traerme unas croquetas de pollo. En la Ruber los calditos están bien, pero yo prefiero las croquetas que hace mi doncella.

-A la Pantoja le van a poner una fianza de 15 millones de pesetas.

-¿Noventa mil euros? Eso es calderilla, Maripuri.

-No tiene líquidez. Me contó su secretaria que tiene que vender dos trajes de torero de Paquirri. Hasta el sábado por lo menos no sale de la cárcel.

-¡Me quita todos los fotógrafos! No, no puede ser. Dile al contable Juan que pague esa fianza.

Maripuri protestó un poco porque es muy cuidadosa con el dinero de los Presupuestos Generales del Estado.

-Paga ZP, Maripuri.

-No, mi Princesa, pagamos los pobres españolitos.

¿Qué entenderá Maripuri por los pobres españolitos?

La visita de el Rey

No sé qué haría sin mi doncella. Pasé dos días de horror escénico que, de no ser por Maripuri, acabarían en un escándalo nacional. Su Majestad no aparecía por la Ruber. En la puerta, los periodistas empezaban a hacer cábalas sobre una supuesta ausencia del Rey.

-El Rey está en África cazando un oso, mi Princesa. Dígale al Príncipe que lo llame al orden.
-No digas disparates, Maripuri.
-Sus ex compañeros periodistas dicen ahí fuera disparates peores que los míos. Los de la Cope comentan por lo bajini que Su Majestad se fugó del país con una rubia de otros tiempos.
-¿Cuándo dejarás de escuchar la Cope?
-También leo "el mundo", Alteza, y conozco a Pedro J. Seguro que mañana crítica la ausencia de el Rey en una columna tamaño dos páginas.

Maripuri barajó sus cartas y las extendió sobre el suelo encerado de mi habitación en la Ruber.

-Salen malos tiempos para la Monarquía, mi Princesa. El Rey no tiene intención de venir a conocer a la infanta Sofía. "El país" sacará mañana un reportaje firmado por Polanco titulado "¿para qué queremos un rey cazador de osos borrachos?".

Mi Felipín estaba contándole a sus sobrinos la visita de Leonor. Los niños ni lo escuchaban. Medían a mi niña Sofía con una cinta métrica de modista y decían que era pequeña.

-Mide medio metro escaso y no habla. ¡Menuda Infanta! -concluyó Froilán.
-Menudo sí que es vuestro abuelo el Rey -exploté- Aún no se ha dignado a venir a conocer a la segunda Heredera del Heredero.
-¡Leta! ¿Qué dices delante de los niños?
-Digo lo que dicen los periodistas y mañana estará en las páginas de toda la prensa escrita y sin escribir. Dile a Su Majestad que si no viene te coronas Rey de las Españas ante Zapatero y Dios.

Mi Felipín temblaba. Siempre tiembla cuando se enfada. Los sobrinos se callaron. La Reina dejo de hablar con la infanta Cristina y Urdangarín, y no preguntó cuál era el problema. No le dije que el problema era su marido el Rey porque ya lo sabía, pero no le decía nada porque es una sufridora esposa.

-Su Majestad llega dentro de una hora, Princesa -nos anunció el contable Juan por videoconferencia.

La cámara enfoco la sala de audiencias y vimos al Rey silbando el himno nacional y haciendo tiempo.

El Rey vino cuarenta y nueve horas después de haber nacido la Infanta. Venía enfadado porque Maripuri le había mandado a los GEOS a África.

-Casi tuvimos un conflicto con Marruecos, hijo. Mohamed VI pensó que se trataba de una invasión de españoles. Estoy tremendamente disgustado: no cacé ninguna fiera.

Menos mal que se fue pronto. Me ponía nerviosa su relato sobre sus días de caza. La siguiente visita fue la de Zapatero y Sonsoles. También vino el alcalde de Madrid. Hoy vendrán el resto de políticos. Mañana o pasado nos darán el alta. Maripuri dice que pasado. ¿Qué me pasa? Empiezo a sentirme triste. ¿Será la depresión postparto?