Los blogs que lee Letizia

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Wednesday, March 26, 2014

Ya llegó la primavera

 Mi jardín se ha llenado de florecillas con la primavera. Le pedí a los jardineros que no cortasen la hierba porque las florecillas blancas me dan mucha alegría. Mi doncella Maripuri teme que el jardín se nos asilvestre. No es para tanto.
 
 -Le crecerán las silvas, mi Princesa. Y esos pinos que no poda llegarán al cielo. A ver si la denuncian los vecinos de El Pardo por tener un jardín sin arreglar.
 -Nadie me puede denunciar, Maripuri. Soy la Princesa de Asturias y tengo mi jardín como me da la gana. Ahora lo tengo primaveral. ¿No te gustan las florecillas?
 -Prefiero las rosas que se pagan caras en las floristerías, mi Princesa. Esas que le regala su Príncipe.
 
 Yo las odio. El otro día vi las mismas rosas rojas en el entierro del Presidente Suárez. En todo caso, no voy a hablar de muertos. Estamos en primavera y me apetece divertirme. Ya llevo hoy dos botellas de champán francés abiertas. En el desayuno brindé por las flores del jardín y a media mañana empecé la siguiente botella para brindar porque seré la futura Reina de España un día de estos. No creo que Su Majestad aguanté mucho tiempo más el peso de la Corona sobre su cabeza. Los catalanes le dan muchos disgustos y la Economía no tiene ningún brote verde.
 
 Las cosas cambiarán cuando sea yo la Reina. Seguro que los socialistas ganan todas las elecciones y volvemos a tener dinero para la Ley de la Dependencia, para los pobres y para las fiestas. Los ricos van a tener que trabajar para nosotros.
 
 -¡Leta!
 -¿Querías algo, amor?
 -Voy a trabajar.
 -¡Ya era hora! Son las once de la mañana.
 -¿Quieres que te compre algo en el supermercado de La Zarzuela?
 -Lentejas y unos zancos de pollo.
 
 Mi Felipín pone cara de enfado. Lo siento por él, pero yo tengo que ahorrar en comida. Mi sueldo de Princesa no me llega ni para pagar mis gastos de ropa. El otro día Felipe Varela tuvo que prestarme un vestido usado en un desfile de moda porque no pude comprar el que me gustaba. Lo peor es tener que llevar los vestidos de mis Infantas de España a que se los alarguen con añadidos de tela. Vivo peor que una hija de Alfonso XIII en el exilio. 

Wednesday, March 19, 2014

España tiene muchos jóvenes valores

 Quedé impresionada con las voces de nuestros jóvenes valores en un concierto al que asistimos en Barcelona. Cantaban que te morías. Me dio pena que sus potentes voces sólo se destinen al bel canto. Podrían aprovecharse en esas manifestaciones contra la situación económica que ni se convocan ni se van a convocar en este país nuestro.
 
 Mi doncella Maripuri piensa lo mismo. De hecho fue ella la que me dio la idea.
 
 -Ahí hay buenos pulmones para gritar contra el PP -me dijo.
 -No sé si les interesará la política a estos chicos, Maripuri.
 -Están perdidos si no les interesa. El poder los aplastará antes de que se den de cuenta. Serán unos esclavos de la derecha rancia. Trabajarán a cambio de limosnas de los empresarios, no tendrán pensiones de jubilación, no tendrán Sanidad gratuita, tendrán que pagar los colegios de sus hijos porque no habrá colegios públicos,...
 -¡Calla, por Dios!
 
 Me subieron todos los dolores de cabeza nada más imaginar el panorama futuro. Estaba tan nerviosa que se me olvidó aplaudir a los que cantaban la Traviata.
 
 -Aplaude, Leta -me pidió mi Felipín.
 
 Aplaudí a rabiar. Todavía me duelen las manos de tanto aplauso. Los jóvenes cantantes me hacían reverencias desde el palco, menos uno que, según me contaron sus compañeros al final de la función, era independentista.
 
 -Nosotros somos monárquicos -me confesó un chico rubio con acento andalúz.
 -Gracias por serlo.
 -Yo soy juancarlista -me dijo una chica
 -Gracias por serlo también -le respondí
 
 Salimos tarde del concierto. Yo quería ir hasta la casa de Cristina para ver si estaba en ruinas, pero mi Felipín se negó.
 
 -No quiero saber nada de mi hermana, Leta, y menos de su casa. Además creo que ya no es suya. Ahora es del juez.
 -¿Del juez?
 -Sí, mi amor, la tiene de fianza.
 
 Paseamos por Barcelona con quinientos escoltas a nuestras espaldas. No pasó nada. Ni siquiera el President, ese Mas que quiere restar Cataluña de España, nos abucheó cuando pasamos por delante de su casa. Nos miraba sonriendo desde su balcón.
 
 -Venimos de ver jóvenes valores -le grité desde la acera.
 -Gracias por ir a verlos, Princesa -me contestó-. Yo también tengo unos hijos muy valiosos en casa.
 
 No me atreví a preguntarle si cantaban. Ya había tenido bastante con los berridos que me dieron los otros chicos en el concierto. 

Friday, March 14, 2014

Los nuevos impuestos que nos pondrá Rajoy

 Mi doncella Maripuri está muy preocupada por los nuevos impuestos que va a ponernos Rajoy. Yo también lo estoy porque eso de tener que tributar por el palacio en que vivo me parece un abuso. ¿Qué renta obtengo habitando mi propia casa? Ese hombre no sabe lo que hace.
 
 -Está aplastándonos a los pobres, mi Princesa -dice mi doncella-. Deberíamos salir a las calles y cortar el tráfico, parar el país para meterle miedo a ese barbudo derechón.
 -No me gustan las revoluciones.
 -Pues a mí sí me gustan. No he vivido la Revolución Rusa y me hubiera gustado vivirla, mi Princesa.
 
 Tiemblo. En la Revolución Rusa los Zares quedaron sin cabezas. En la Revolución Francesa María Antonieta también perdió la cabeza y el peinado en una guillotina. Sólo pensar acabar descabezada por ser Princesa en una Revolución Española me mete el pánico en este cuerpo delgado que tengo.
 
 Me visto de negro porque no estoy de ánimo para ponerme vestidos de colores. Llega mi cuñada Elena también enlutada.
 
 -¿Qué te pasa, cuñada? -le pregunto.
 -Murió la madre de Jaime.
 -¿De Jaime Peñafiel?
 -Estoy hablando de la abuela de mis hijos.
 -Ah, perdona. Tengo la cabeza un poco confusa hoy.
 -Tenemos que ir al entierro. Jaime está muy triste y necesita nuestro apoyo.
 
 Marcha con Doña Sofía para el velatorio de la que fue su suegra. Yo quedo en mi Palacio leyendo unos libros que me regalaron por ser Princesa. La lectura siempre me ha quitado los problemas de la cabeza.
 
 -Hay que hacer algo en contra del PP, mi Princesa -insiste mi doncella Maripuri-. Yo me niego a tributar por mi humilde piso proletario. Tampoco quiero pagar más IVA. Piense, mi Princesa, que esos impuestos míos van a parar a las cuentas suizas de Bárcenas y de todos esos del PP que nos roban a los pobres.
 
 Mi cabeza da vueltas. No sé si salir a manifestarme con mi doncella o quedar en casa durmiendo mis penas. Es difícil ser Princesa en una España gobernada por la derecha más cabrona.

Friday, March 07, 2014

Mi nuevo corte de pelo

 No he gastado nada en cortarme el pelo más a la moda gracias a que mi doncella Maripuri es una artista con las tijeras. He ahorrado dinero y tiempo. Todo el mundo me pregunta a qué peluquería he ido a poner mi cabeza más juvenil. La mujer del primo Pablo ardía de envidia. Me dijo en el las misas pro el Rey Pablo de Grecia que si no le decía quien es mi peluquera no me volvía a hablar.
 
 -Secreto de Estado, prima -le contesté.
 -Seguro que fuiste a París.
 
 Doña Sofía se puso seria. No queria comentarios frívolos en el 50 aniversario de la muerte de su padre.
 
 -¿Cómo va lo tuyo con los jueces? -le preguntó la prima Chantal Miller a mi cuñada Cristina-. ¿Te meterán en la cárcel?
 -¡Ya está bien sobrina! -medió doña Sofía
 -Perdona, tía. Yo también creo que toda la culpa es de Iñaki.
 
 Doña Sofía se nos moría de pena. Tuvimos que llevarla a un concierto de música sin letra, de esos que le gustan a ella. La música clásica la anima mucho. Yo, en cambio, prefiero a Sabina o a Estopa.
 
 Por Madrid las cosas andan más tranquilas. El Presidente Rajoy sigue con sus recortes de derechos a los pobres y sus ayudas a los ricos, don Juan Carlos va tirando con sus muletas, mi Felipín prospera en su preparación eterna para ser el nuevo Rey, mis Infantas van aprobando sus asignaturas en el colegio,...
 
 -¿Quiere que les corte las melenas a las Infantitas, mi Princesa?
 -¡Ni hablar!
 -Estarían guapas con los pelos cortitos.
 -Tú perdiste la cabeza, Maripuri.
 -Se gana mucho dinero cortando el pelo a domicilio, mi Princesa. Tienen razón las peluqueras que cierran sus peluquerías y se pasan al trabajo en negro.
 
 ¡Menudo país!, pienso. Quien no trabaja en negro está sin un duro y quien trabaja en legal tampoco gana mucho. No sé si yo también acabaré ganandome el dinerito currando en negro. Mi sueldo es bastante de miseria en comparación con el de las otras Princesas europeas. 

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