Holanda ya tiene nuevos Reyes y nosotros nada de nada. Su Majestad debería tomar nota y jubilarse igual que ha hecho Beatriz de los Países Bajos. Nosotros estamos preparados para ponernos la Corona de España en las cabezas, somos universitarios, listos, padres de dos Infantas de España. ¿Qué importa que seamos cuñados de Urdangarín? Todavía no robamos nada. Nos limitamos a cobrar nuestros sueldos. Además cobramos poco. Nada que ver con ese sueldazo que se lleva uno del Santander que indultó el Gobierno. Un tal Sanz.
Estoy indignada. En Holanda moría de envidia. Máxima era la nueva Reina de Holanda y yo no era más que la Princesa de Asturias. Me negué a hacerle una reverencia. Hubiera sido una humillación para los españoles que me quieren.
-Perdona -le dije-. Tengo rodillitis. No puedo doblar una rodilla ni que me disparen tus policías.
-No importa,colega -me contestó la argentina-. Somos amigas.
¿Amigas? Que yo sepa nunca lo fuimos. Una amiga no me preguntaría cuánto me costó el vestido de noche. Pensaba que no lo había pagado porque España esta en crisis. Tendremos crisis económica pero todavía somos honrados. Yo no dejo una factura sin pagar. Siempre mando a mi doncella Maripuri con la pasta.
Maripuri sigue echándome las cartas. No le sale nuevo reinado en España. La última vez que me leyó el tarot le salía una República. Un desastre.