Los blogs que lee Letizia

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Monday, February 15, 2010

Mis dientes con brackets




Como dicen que la economía va mal, me he apresurado a ir al dentista. Sólo faltaba que con tanta crisis no quedará dinero en las arcas del Estado para pagarme la ortodoncia.

-Pongame una herradura bonita -le pedí al dentista.
-Descuide, Alteza. Le pondré unos brackets transparentes, de los que salen bonitos en la televisión y en las fotografías del ¡Hola!.

Me va a quedar una dentadura más bonita que la de Penélope. Mi doncella siempre me dice que tengo un gran futuro como actriz de Hollywood.

-Sólo América podrá pagarle un sueldo digno, mi Princesa. España va mal.

Tapo los oídos. No quiero ni una sola palabra de la crisis. Necesito alegría, fiesta, optimismo.

-¿Qué me vas a regalar por San Valentín, Felipe?
-Un diamante, Leta. Guárdalo bien, mi amor. España va mal.

Doña Sofía también recibió un diamante el día de los enamorados.

-Esperaba bisutería, Letizia -me confesó-. España va mal.

Bisutería fue lo que recibió mi Leonor: un amiguito de Los Rosales le entregó un anillo que había sido de su abuela.

-Pero amor mío, esto es chatarra. Te salió un novio que te regala chatarra.

Leonor se negó a quitarse del dedo su anillo oxidado.

-Es mi primer regalo de San Valentín, mami, y la niñera Rafaela dice que debo guardarlo toda mi vida.
-Puedes tirarlo -le dije-. Tu tía Elena ya tiró los anillos que le regaló Marichalar.

Elena también quería ponerse brackets en los dientes, pero Su Majestad no le pagó la herradura.

-Gasté 6000 euros en la boca de la nuera y no puedo permitirme más gastos, hija. Ahora que estás divorciada debes buscar un marido tan rico como tu cuñado Urdangarín. Pasó de jugador de balonmano a empresario de éxito en un plis plas. Estoy muy orgulloso de él.

Su Majestad estuvo muy ocupado estos días con los sindicatos. Toxo y Méndez querían manifestarse con mucha gente en contra del pensionazo.


-Las manifestaciones deben llevar poca gente -les decía mi suegro-. Recordad que España es un país de izquierdas, y ahora tenemos un Presidente socialista, preocupado por los pobres, solidario, buena persona.

Toxo y Méndez no sacaban los ojos de mis dientes.

-Su nuera tiene un andamio en la boca -comentó Toxo-. ¿Quién se lo paga?
-Los mismos que les pagan a ustedes sus sueldazos -explotó mi doncella-. ¿Cuándo van a vivir de las cuotas de los afiliados?

Tuve que sacarles a Maripuri de delante. Mi doncella es muy descarada, no comprende el funcionamiento de los sindicatos en nuestro país. También tuve que apartar a Maripuri de Rajoy. Mi doncella le pidió la dimisión.

-Es Zapatero quien debe dimitir -decía Rajoy-. Yo soy el que sacará este país de la crisis. Habrá dinero para todos cuando consiga privatizar los restos del Estado del Bienestar.
-Privatiza tu barba.
-¡Maripuri!

Mi doncella sacó del delantal su tarot y le leyó las cartas. Sería presidente de una Comunidad de Propietarios y para de contar.

-También le sale una ortodoncia como la de mi Princesa. Se la paga Esperanza Aguirre. No, no, espere. ¡Se la regalan los del Gürtel!

Rajoy necesitó una tila para recuperar la cordura. Se volvía loco, gritaba. Su Majestad movía la cabeza preocupado. Reinar es más fácil que gobernar. Yo ya le dije que le dejara la crisis a Zapatero. Nosotros estamos para ponernos guapos y salir en las revistas sonriendo con brackets transparentes y melenas con extensiones.

Friday, February 05, 2010

¡Quiero manifestarme contra el pensionazo!




Estoy angustiada por el tema de las pensiones. ¿Cómo voy a trabajar hasta los 67 años? Yo pensaba prejubilarme pronto, a los cincuenta o así. Zapatero es un insensato. No distingue la vida real de una persona de la vida útil. La vida real puede alcanzar los ochenta , noventa, cien años. La vida útil, en cambio, acaba con la menopausia. Sobre los cincuenta años ya estamos todos para cobrar la jubilación.

Intenté convocar una manifestación, pero no me dejaron. Su Majestad dijo que para huelgas y manifestaciones están los sindicatos, no los príncipes.

-Hazle caso al Rey -me pidió doña Sofía-. Juanito aprendió mucho en la Transición.
-Yo estoy aprendiendo mucho con ZP -le contesté-. Ese hombre le quita a los pobres las pensiones y les da a los ricos 2500 euros por hijo.
-Los 2500 euros también son para los pobres -me recordó mi Felipín.

Me desespero. Yo aquí en este palacio y mis súbditos muriéndose de hambre. Tengo que hacer algo, protestar, manifestarme.

-Vamos a hacer las pancartas, mi Princesa -decide Maripuri-. Si Cándido Méndez no convoca una manifestación, seguro que la convocan los de la derecha. Son muy familiares y no permitirán el trabajo esclavo de los abuelos.
-Tienes razón, Maripuri. Los obispos defenderán las pensiones de las viudas. Pobrecillas. Escribe en esa tela "yo también soy una viuda". Será la pancarta que llevemos tú y yo en la manifestación que va armar la Conferencia Episcopal.

Estoy esperando la convocatoria. Nada de nada. Los rojos callados y los fachas contentos. El único que me prometió salir a la calle fue un señor desconocido que se llama Cayo Lara.

-Temo que no me reconozcan los de Izquierda Unida -me confesó.
-No se preocupe, señor. Yo lo presentaré a los manifestantes.

Intenté ponerme en contacto con Rosa Díez, pero fue imposible. Estaba en la peluquería tiñiéndose, me dijeron.

-Yo estoy defendiendo a los jubilados y a las viudas.

La recepcionista de Unión, Progreso y Democracia colgó el teléfono. Entendí que no les interesaba el tema.

Llamé a Ciudadanos. El señor que cogió el teléfono fue muy sincero:

-Nosotros estamos especializados en el combate del nacionalismo, señora. ¿La han multado por hablar en castellano en Cataluña?
-Gracias a Dios no.
-Vuelva a llamarnos si le llega una multa.

Prometí hacerlo. Con la mierda de pensión que me va a quedar por veinte años de trabajo seguro que no podré pagar esa multa.

Mi Felipín intentó consolarme.

-En EEUU están peor, Leta. Ni siquiera tienen Seguridad Social. Nosotros, por lo menos, podemos pagarte los partos en la Ruber Internacional.

¡Menudo consuelo! Le expliqué que no somos nosotros los que estamos en apuros.

-Son nuestros súbditos, Felipe. No tendrán jubilación. Las viudas morirán de hambre.
-Pensé que morían de pena, Leta. Yo moriría de pena si me dejas viudo. ¿Para qué quiero una pensión? Te quiero a ti, a mi Leta, a mi esposa.

Me emocioné. Mi Felipín parecía Romeo, tan enamorado, tan dulce.

-Ay, cariño, no sigas, que me olvido de los pensionistas pobres.
-Que los defienda el Defensor del Pueblo.
-Yo los defiendo mejor, Felipe. Soy proletaria, roja, comunista, hija del Pueblo.

Mi Felipín puso cara de no entender. ¡Qué cruz! Te casas con un pijo y no te entiende. Menos mal que tengo a mi doncella Maripuri para ayudarme con las pancartas para esa manifestación que no convoca ni Dios.


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