Los blogs que lee Letizia

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Thursday, April 18, 2024

No puedo con mis doloridos pies

No puedo con mis pies. No sé si son los años, si son los tacones o si es la mala suerte. Lo cierto es que voy andando y voy sufriendo. Estar de pie, sin andar, es mucho peor. Por eso en Holanda tuve que pedir una silla para aguantar el besamanos sin ponerme yo de rodillas.

Máxima me comprendió. Le mando a su doncella buscarme una silla cómoda.
-Es la silla que utilizaba Maria Antonieta en el Palacio de Versalles antes de la Revolución francesa -me susurró al oído.
-No tendrá polilla, ¿verdad? -pregunté asustada.
-La hemos restaurado muy bien. Tú tranquila, amiga.

Estuve tranquilísima. Parecía la reina coja. Una ministra de Holanda me preguntó si quería una silla de ruedas.
-No, gracias.
-El Gobierno de los Países Bajos tiene unas sillas de ruedas muy cómodas que funcionan con energía solar y no son nada contaminantes.

Estuve tentada a pedirle la silla para probarla, pero, pensé en los titulares de la prensa y desistí. Sería mejor no dar pie a un titular tipo "La Reina Letizia en silla de ruedas".

Por fin ya acabó el viaje. Brindamos y regresamos a nuestra España. Felipe se quería quedar unos días por tierras holandesas. Le dije que ni hablar. Mis pies necesitan descanso en casita. Creo que con una cura de agua con sal preparada por mi doncella Maripuri estaré como nueva. Suele darme mejor resultado que los tratamientos de mi podólogo.
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He aquí una chaqueta
muy de verano elegante
para mujeres que tienen
trabajo y sindicato.

Saturday, April 13, 2024

Doña Sofía en la boda del alcalde de Madrid

Mi suegra regresó muy contenta del fiestorro de la boda del alcalde de Madrid. Estaba como una niña con zapatos nuevos. Nos decía una y otra vez que había bailado con su Juanito.

-¡Y cómo baila! Tiene un estilo único de bailarín con bastón.
-¿No caería? -le pregunté.
-Juanito no cae, nuera. Allí estaban sus escoltas para evitar que cayera al suelo si daba un traspiés.

Doña Sofía les había llevado de regalo a los novios una batidora de vaso. Les compró una batidora barata porque consideró que los regalos caros olían a corrupción.
-Preferí llevarles una batidora que puedo pagarles con mi pensión de jubilación de Reina de España.
-No me imagino a Teresa cocinando con su batidora.
-No critiques a la familia de mi Juanito, nuera. ¿No querrás que en el periódico digital El nacional hablen de ti todavía más mal de lo que hablan, verdad?
-Usted no debería leer la prensa amarilla.
-Me encanta la prensa que se parece al Daily Mirror.

La dejé por imposible. Además mi Leonor me llamó en ese justo momento desde Nueva York porque se aburría un poco. Le recomendé ir a hacer ejercicio al Hayder Park.
-Estás engordando otra vez, hija. Espabila o serás una Princesa de Asturias rolliza.
-Mamá, ¡por favor!

Corté la comunicación. No me gusta discutir. Tampoco discutí con mi Sofía cuando me dijo que se llevaba mi depertador para su internado.
-Me acordaré de ti cuando le suene la alarma. Te quiero, mami.
-¡Y yo a ti, mi amor!

Nos dimos unos besitos y se me fue de vuelta a Gales. Pobre niña mía. Es duro ser Infanta de España. Hubiera siedo mejor para ella que fuéramos una familia humilde de Madrid. No estaría en Gales pasando frío todo el año. Tampoco estaría su hermana Leonor haciendo la mili por las academias militares. Pero es mejor no lamentarse. Tiremos para delante. España nos quiere.

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Aunque no tengas palacio
juega a este ajedrez
en el pasillo de casa
y ganarás un café.
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del juego que este verano
está de moda en familia.


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Libre de virus.www.avg.com

Saturday, March 09, 2024

Me preocupa la vejez

Me empieza a preocupar la vejez. Me miro al espejo y no encuentro mi cara joven. Las arrugas amenazan la tersura de mi piel y no tengo ganas de ponerme más botox.

Mi doncella Maripuri me recomienda las mascarillas de la marca Chanel. Son muy caras le digo.
-¿Qué son 60 euros para usted, mi Reina? Cobra un gran sueldo como Reina de España.
-Un sueldo que se me acabaría pronto si comprara mascarillas tan caras. Buscáme algo más barato, Maripuri.
-Tendrá que ir al Mercadona. Allí hay cosméticos baratitos para la clase obrera.
-Pues allí iré.

Me acerco al supermercado. Me sorprende que los clientes no me recozcan. Tengo ganas de gritar en el supermercado que soy la Reina de España. Cuando paso por caja no me puedo contener y le pregunto a la cajera si me conoce.
-¿Vives en el barrio? -me pregunta.
-Vivo en una casa unifamiliar aquí cerca.
-¡Que suerte! -exclama, y le noto un puntito de envidia.

Salgo del Mercadona con una mascarilla hidratante para la piel de mi rostro. También llevo unos yogures porque en el Marcadona tienen yogures con trocitos de fruta que no venden en otros supermercados de la competencia.

Cuando llego a casa encuentro a Felipe esperándome. Señala mi bolsa y me pregunta si le he comprado un regalo en el Mercadona.
-Va a ser el Día del Padre.
-Yo no soy tu hija, Felipe.

Pone carita triste. Lo abrazo como a un osito y le doy un beso. Mi Felipe vuelve a reír. Tendré que recordarles a las niñas lo del Día del Padre. ¡Solo faltaría que se olvidaran de tan importante fecha!


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Ya compraste la hidratante
y yogures con frutitas
y ahora aquí tienes
unas buenas picardías.

Tuesday, February 13, 2024

Los guantes de don Juan Carlos


No vamos a las fiestas de mi suegro, pero le enviamos regalos que le gustan mucho. Eso nos dijo mi cuñada Elena. El último regalo que le enviamos por SEUR internacional fueron unos guantes. Yo casi temía que no le gustara un regalo tan práctico como unos guantes diseñados para las manos con artritis.

-Papá quiere saber dónde los has comprado para venir a Madrid a comprar otro par.
-¡Que no venga! -gritó mi Felipe-. Nosotros le enviaremos más guantes.
-A nuestro padre le gustaron mucho porque son unos guantes sin dedos. Los va a usar un montón para practicar vela.

Elena venía eufórica. Había visto a su hijo Froilán hecho un hombre al lado del abuelo.

-Froilán es un gran empresario -afirmó rotunda.
-¿Qué empresa tiene? -le pregunté, curiosa.
-La empresa es él, querida Leti. Mi hijo es una Sociedad Anónima Unipersonal.

Quedé a cuadros. Mi doncella Maripuri me confirmó que existía tal figura jurídica.
-Es un yo me lo guiso y yo me lo como, mi Reina.
-Es no tener nada y tenerlo todo, Maripuri.

Froilán se parece mucho a don Juan Carlos. A los dos les gusta la fiesta y se pirran por el dinero. No digo nada. Si te pones filosófica, piensas que hay que divertirse. La vida es un camino de espinas. ¿Valdría la pena si no nos divirtiéramos algo?...



Saturday, February 10, 2024

Le regalo a Felipe un reloj Casio vintage por San Valentín

Ya le di a Felipe el regalo de San Valentín. No podía esperar al día 14 porque estamos de vacaciones privadas. ¿Qué hubiera pasado si se me extravía el regalito en el viaje? ¡Me hubiera llevado un disgustazo!

Este año le compré a mi Felipe un regalo que le ha hecho mucha ilusión: un reloj vintage años 80. Daba saltos de alegría mi adorado marido. Tuve que advertirle que no saltara mucho.
-Eres muy alto, amor, a ver si te vas a dar un golpe con el techo en uno de tus saltos.
-¡Estoy feliz, Leta! ¡Feliz! Por fin has acertado con un regalo. Este San Valentín no tengo que leer libros.
-Espera, amor, que aún estoy a tiempo de regalarte "La Regenta" de Clarín o "Los pazos de Ulloa" de doña Emilia Pardo Bazán.
-¡Menudo reloj me has regalado, mi Leta! Te voy a comer a besos.
-Solo un beso, Felipe, que tienes barba.

Estamos muy enamorados, pero los besos de mi marido con barba son un problema cuando voy maquillada. Felipe obedeció y después corrió a enseñarle a todos sus colaboradores el reloj.

Le regalé el Casio Collection Retro Mens Digital Watch with Plastic Strap CA-53WF, un reloj estilo años 80 que ilusiona a los hombres que vivieron aquella inolvidable década. Mi marido se ha vuelto loquito con este regalo baratito que ya le di antes del Día de San Valentín. Nosotros siempre nos intercambiamos los regalos unos días antes de la señalada fecha porque no podemos esperar, queremos saber qué hay de regalos como dice mi Felipe.

Te lo recomiendo. Con este reloj le harás al hombre de tus sueños un regalo clásico y original inolvidable, amiga mía. Te lo digo con conocimiento de causa. ¿Quién no quiere regresar a su pasado feliz?... En el caso de mi marido, aquellos años ochenta tan recordados coinciden con su infancia preadolescente. Mi marido fue un niño que tuvo un primer reloj Casio de plástico porque era lo más barato. Pero era un buen reloj. Te duraba años. Incluso cuando se le fastidiaba la pulsera lo seguías teniendo sobre la mesilla de noche para saber la hora.

Mi marido vuelve a tener en su muñeca el reloj digital preciso en dar la hora, preciso en despertar con su alarma. Le he regalado el reloj que no le permitirá olvidar una cita conmigo. Tan solo tiene que poner la alarma para sonar a la hora fijada para esa cena romántica en la que nos vamos a encontrar directamente en el restaurante tras salir de nuestros trabajos en eventos.

¿Y sabías que también tiene calculadora de 8 dígitos?... Una calculadora siempre viene bien. Te vale para hacer esas sencillas operaciones matemáticas de la vida diaria. Por ejemplo, cuando estás en el supermercado haciendo la compra. ¿Quién no echa cuentas en los supermercados? La alimentación está muy cara. Tienes que ir mirando lo que suma lo que vas metiendo en el carro para no salirte de presupuesto.

En nuestro caso es Maripuri, mi doncella, la que hace las cuentas. Pero, previamente, hacemos una lista de la compra con una previsión de gastos en palacio. La pela es la pela.

Ah, ¡y el reloj se puede mojar! No te recomiendo ponerte a nadar en la piscina con el reloj en la mano, pero sí puedes mojarlo cuando cae la lluvia de las nubes. No pasa nada. Ni siquiera le entra el agua si te metes en la ducha con el reloj puesto. Mi marido lo ha mojado ya varias veces porque es un poquito despistado. Lava mucho las manos con vinagre y se olvida de que lleva el reloj de Casio en la muñeca.

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Yo ya he entrado y ya he comprado el reloj que llevará mi Felipe VI en la mano este San Valentín. Entra tú también en el link y haz tu pedido. ¡Envíos a toda España!

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El plan privado de los reyes Felipe y Letizia en Madrid



Friday, February 02, 2024

Yo tengo bragas




Estos días tuvimos personal de refuerzo porque Maripuri no daba abasto. Es mucho para una persona sola la limpieza de nuestro pabellón y la limpieza del viejo palacio de La Zarzuela.

A mí no me impotaría tener más personal, pero siempre y cuando fueran discretos. Los de esta semana eran sumamente cotillas. La chica se metió en mi armario de lencería como si nunca hubiera visto unas bragas.

 -¿Te ayudo a mirar? -le pregunté, poniéndome su lado.
-¿Usted se pone esto?
-Pues claro.
-Es una lencería muy sexy.
-Yo soy una reina muy sexy.

La nueva señora de la limpieza se sonrojó. Noté que la había defraudado. Tal vez pensaba que era una Reina de España parecida a la madre de Alfonso XIII, aquella María Cristina de costumbres severas y moda de convento.

-Nunca me pondría unas picardías como este modelito rojo suyo, Majestad.
-Haces bien.
-¿Usted se las pone?
-¿Quieres verlo?

Desabotoné mi bata de andar por casa y le dejé ver un babydoll de color rojo. La nueva señora de la limpieza se santiguó.
-Voy a hacerme republicana.
-Las primeras damas de las repúblicas usan una lencería parecida a la mía.
-¿Usted las ha visto vestidas con esta poquita ropa?
-Por supuesto, querida. Las primeras damas hacemos fiestas del pijama cuando nos encontramos por temas oficiales. No conozco a ninguna primera dama que vaya con bragas blancas de algodón.

La nueva señora de la limpieza se sonrojó todavía más. Le pregunté si se encontraba bien. Me contestó que sí y marchó. No ha vuelto. Mejor así. Prefiero a mi doncella. Maripuri no se asombra por la lencería, al contrario. Incluso me asesora a la hora de comprar mi ropita más picante. Maripuri tiene muy buen gusto.

Uno de los conjuntos más originales es este conjunto rojo rompedor:


Pero no solo tengo bragas rojas. Me gustan mucho en azul monárquico. Por ejemplo: https://amzn.to/3tIhadu

Monday, January 29, 2024

Un vestido para la medalla de bronce en esgrima





Me preocupa que mi hija Leonor aprenda tantas artes de guerra. La acabo de ver en la prensa con una medalla al cuello por ser de un equipo de esgrima. ¿Qué hace una hija mía siendo premiada por un arte de guerra cuando yo soy una reina de paz?

Se lo pregunté a mi Felipe. Mi marido alzó una ceja y sonrió. No entiende mi pacifismo, más bien se lo toma a guasa. Pero mi pacifismo es muy cierto. Soy una gran defensora de la paz mundial.

-No te agobies, Leta. Leonor está haciendo un aprendizaje militar muy completo en la Academia de Zaragoza.
-Ni siquiera se ha probado el vestido que le envíe para sus fiestas de amigos y amigas -lamentó.
-¿Era bonito?
-Muy bonito. Era un vestido negro muy estilizante con una talla única. Seguro que le queda ideal.

Felipe se encoje de hombros y retoma la lectura de los periódicos del día. Comprendo que no tengo nada que hacer.

Entonces entra mi doncella Maripuri con un paquete.

-Tenga el vestido de Leonor, mi Reina. Dice en la nota que se lo devuelve porque no le gusta. Le pide que le envíe más pantalones vaqueros.

Decido quedarme yo misma el vestido. Es precioso. Leonor no sabe valorar aún la moda femenina de invierno. Le enviaré más pantalones vaqueros y más camisetas si es lo que quiere.

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Monday, January 01, 2024

Victoria Federica nos pregunta si vamos al fiestón de don Juan Carlos en Abu Dabi

Victoria Federica nos llama desde Baqueira Beret. Está comiendo arroces en el restaurante Fandango y quiere saber si iremos a esquiar. Le digo que no nos espere.

 -En Baqueira hay muchos monárquicos, tía Majestad, y quieren conocer a mi prima Leonor.
 - ¿Has bebido?
 -De momento, solo bebí agua.

Tuve que cortar la comunicación. Los sobrinos de Felipe me desesperan, sobre todo los Marichalares. Victoria Federica volvió a llamar. Pensaba que se había interrumpido la comunicación porque estaba en la montaña.

-El restaurante está muy bien. Tiene una sala enorme con chimenea y también tiene una terraza.
-¿Cuánto te cobran por la cena?
-No pregunté, tía. Pero creo que es un restaurante barato.

A Victoria Federica le parece todo barato desde que es influencer. Gana mucho dinerito, según dice mi suegra. Yo me alegro por ella.

Victoria quiere saber si iremos a Abu Dabi, a la fiesta de cumpleaños de don Juan Carlos. No le confirmo ni desmiento nuestra asistencia. Pero la verdad es que no iremos. Felipe prefiere distanciarse de su padre.

Yo me alegro de no ir. Estas Navidades me resultaron pesadas con tanta familia. Hubiera preferido no celebrarlas porque una ya se cansa de tanto arbolito, tantos turrones, tantos polvorones y tanto corderito. ¡Lo que daría por una Nochebuena sin champán!

Me pongo a ordenar mi fondo de armario. Necesito dejar de pensar en fiestas, en navidades, en familiares y hasta necesito dejar de pensar en mi trabajo de Reina de España. Lo mejor de este trabajo son los vestidos que voy coleccionando. ¡Me encantan!



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