España va de mal en peor. Estoy sufriendo la pobreza energética en La Zarzuela desde que se nos estropeó la estufa de gas butano. Tenemos radiadores, pero no funcionan. Se estropearon y los del PP no quisieron arreglarlos. El Presidente Rajoy dijo que teníamos que ser austeros. ¡Vaya si lo somos! Tuve que sacar de mi fondo de armario un abrigo que no ponía mucho para combatir las bajas temperaturas.
Lo que más me fastidia de esta falta de calor en mi hogar es que mis hijas no pueden hacer los deberes. Se les quedan las manos heladas si las quitan de los guantes de felpa que tienen que llevar en casa, y con esos guantes tan gruesos no hay manera de coger un lápiz para hacer sumas. Me parece que acabarán suspendiendo. Ya me veo ayudándolas con las matemáticas y la lengua inglesa este verano mientras los otros niños se divierten en las playas.
Encima andan diciendo que visto abrigos de 1.300 euros. Si lo dicen por mi abrigo rosa, están muy equivocados. Me costó 10 euros en un bazar chino de los madriles. Mi doncella Maripuri compró otro igualito al mío, aunque ella dice que le salió malo.
-Me ha encogido el dichoso abrigo, mi Reina. Ahora me queda como un chaquetón.
-Lo meterías en la lavadora que tienes estropeada en casa, Maripuri.
-No, mi Reina. Lo lavé a mano con el jabón nenuco que me regaló usted.
-Hay que lavarlo con jabón Lagarto, Maripuri. Es el jabón que me recomendó Mariano Rajoy para ser austera.
-Yo no soy del PP.
-Yo tampoco, Maripuri, pero aquí quien manda es la derecha. Al menos mientras Pablo Iglesias no sea el vicepresidente de ese Pedro Sánchez del PSOE.
La política me pone de los nervios. He visto a mi suegro Juan Carlos en la televisión francesa y casi me muero del susto. Pensé que iba a criticar a Pablo Iglesias. Menos mal que sólo dijo que yo era una buena madre de dos Herederas de la Corona de España. A Pablo Iglesias no le gustan las críticas. Hay que hablar bien de su persona para llevarte bien con él y yo quiero llevarme bien con el vicepresidente del inmediato Gobierno de España. A ver si me pone radiadores nuevos y dejo de pasar frío en este palacio que no me merece. Estoy cansada de ir por la casa con un abrigo todo el día. Tengo que dormir hasta con el abrigo rosa encima del pijama, también rosa, por supuesto.