Hoy es el cumpleaños de mi Felipín. Cumple 46. Casi nada. Le suma 4 abriles y se pone en las cinco décadas. Pero no hay que ponerse filosóficos sino comer tarta y abrir los regalos. En eso estamos. Mi Felipín no acaba de abrir tanto paquete. Le ha enviado hasta un regalo el Presidente de Estados Unidos.
-Más caramelos, Leta -se lamenta mi Felipín-. Me los manda Obama.
-Voy a escribir un tarjetón dándole las gracias, cariño.
-En EEUU hay más crisis que en nuestra España, Leta. Unos caramelos no se le regalan a nadie.
-No seas desagradecido, amor.
Mi Felipín busca joyas, gemelos de oro y piedras preciosas, tablets y no encuentra nada de nada costoso. Noto que se deprime. Yo, en cambio, me levanto el ánimo comiendo tarta. Está deliciosa. La preparó mi doncella Maripuri con una crema de queso manchego que está más dulce que los caramelos de Obama.
Llega doña Sofía con más tarta. Dice que la compró de oferta en el supermercado Eroski.
-Hay que tirarla, Majestad. No huele a fresca.
-Tú no sabes lo que dices nuera. La proaron mis perros y no han muerto.
-Yo no la como.
-Eres muy fina, nuera. En este país hasta el ministro de Agricultura come yogures caducados. Estamos en crisis.
Doña Sofía se la ofrece a mis Infantas. Mis niñas no aceptan los trozos de tarta. Respiro aliviada. Sólo me faltaba que se me pusieran mis Infantitas mal del estómago el día que su padre cumple 46 años.
El Rey no viene a la fiesta. Lo llamamos y dice que no está para cumpleaños. Está cabreado porque los aviones se nos estropean.
-Más caramelos, Leta -se lamenta mi Felipín-. Me los manda Obama.
-Voy a escribir un tarjetón dándole las gracias, cariño.
-En EEUU hay más crisis que en nuestra España, Leta. Unos caramelos no se le regalan a nadie.
-No seas desagradecido, amor.
Mi Felipín busca joyas, gemelos de oro y piedras preciosas, tablets y no encuentra nada de nada costoso. Noto que se deprime. Yo, en cambio, me levanto el ánimo comiendo tarta. Está deliciosa. La preparó mi doncella Maripuri con una crema de queso manchego que está más dulce que los caramelos de Obama.
Llega doña Sofía con más tarta. Dice que la compró de oferta en el supermercado Eroski.
-Hay que tirarla, Majestad. No huele a fresca.
-Tú no sabes lo que dices nuera. La proaron mis perros y no han muerto.
-Yo no la como.
-Eres muy fina, nuera. En este país hasta el ministro de Agricultura come yogures caducados. Estamos en crisis.
Doña Sofía se la ofrece a mis Infantas. Mis niñas no aceptan los trozos de tarta. Respiro aliviada. Sólo me faltaba que se me pusieran mis Infantitas mal del estómago el día que su padre cumple 46 años.
El Rey no viene a la fiesta. Lo llamamos y dice que no está para cumpleaños. Está cabreado porque los aviones se nos estropean.
-Esto no pasaba con Franco.
-¡Majestad!
-Franco tenía buenos aviones, nuera. Así ganó la guerra.
Miro a mi Felipín escandalizada. Mi Felipín me dice que calle. Empiezo a pensar que tiene razón cuando dice que su padre chochea. Lo malo es que no acaba de chochear y mi marido con 46 añazos sigue siendo sólo Príncipe de Asturias.