
En Cuba han iniciado una transición hacia un gobierno sin Fidel Castro y yo creo que necesitan una monarquía. La isla caribeña es un buen sitio para que una aspirante a reina como servidora fije su residencia.
-Quítate esa idea de la cabeza, Leta. Nosotros hacemos falta en España.
-¿Sabes lo que pienso, Felipe? -me sorprendí-. Pensé que era sólo mi doncella la que tenía poderes para leer mis pensamientos más ocultos.
-Acabamos de recibir una llamada del hermano de Castro rechazando tu autocandidatura para reina de Cuba. ¿Cómo te atreviste, Leta? Pudiste haber creado un conflicto diplomático.
Mi Felipín no tiene agallas. Yo, en cambio, defiendo mis derechos. ¿No soy Princesa Heredera? Pues entonces tengo que heredar un reino y me da igual que sea España, Cuba o las islas Malvinas.
-Si vas a reinar en Cuba, yo no puedo acompañarte, ciudadana Leti. Soy transexual -me dice la niñera Rafaela.
-Estarías protegida por el pasaporte diplomático, Rafaela.
La niñera de mis Infantitas dice que prefiere quedarse en España.
-Aquí puedo casarme y adoptar niños nacionales.
-Pobres niños. Pasas las noches de juerga por los madriles.
-Ya sentaré la cabeza, ciudadana Leti. Los años me pondrán sentido común.
La experiencia empírica no dice tal cosa. Hay personas por las que no pasa la edad. Fíjate en mi cuñada Elena.
-Estoy viviendo una nueva juventud, cuñada -me confesó-. Voy a ir a Cuba de vacaciones.
-¿Con tu novio? -le pregunté-
-No, me acompañará Ana Obregón. La pobre está muy asustada estos días.
-No sabía que eras amiga de Ana Obregón.
-Somos primas políticas.
Elena me cuenta que el parentesco se explica porque el hijo de Ana desciende de Alfonso XIII.
-¿Te importaría alojarla en tu casa, cuñada? Se muere de miedo en la Moraleja desde que la dejó Darek.
-Pues claro que me importa. Mi casa está hasta los topes con dos hijas infantas, un marido príncipe, el servicio, el perro Pancho.
-¿No tienes una habitación libre?
Corrí a cerrar todas las puertas con llave. Elena era capaz de llenarme el Palacio con los protagonistas de la prensa rosa.
-Volvió a llar Raúl Castro, Leta.
-¿Me nombran reina de Cuba?
-No, Leta. Raúl quiere que su hermano Fidel venga para Madrid. Cree que tendría un gran futuro en la vida política española.
-Yo también lo creo, Felipe. Lo juntamos con Fraga en el Partido de los Pasionistas y malo será que no quiten escaño.
-Perdone, mi Princesa,...
-¿Sí, Maripuri?
-El tarot dice que Ana Obregón se liará con un cubano, pero parece que no es Fidel.
-Menos mal.
-Usted no será reina de Cuba.
Respiré aliviada. Seré la Reina de España, es decir, de la octava potencia mundial, donde no escasean los productos de primera necesidad y hay mucha democracia.
-Doña Elena abre una consultora -prosigue Maripuri.
-Entonces era cierto lo que leí en un confidencial de Internet.
-Su cuñada hará grandes negocios con los Albertos, mi Princesa, aquí y en la futura Cuba democrática.
-¿Se casará pronto? -pregunto esperanzada.
-No le sale boda, pero le veo un novio con muchos billetes. Será este novio rico el que la salve de la primera quiebra.
¡Menuda empresaria nos ha salido en la familia! Acaba de inaugurar el tenderete inmobiliario y Maripuri ya le ve una quiebra. Es lo que le digo yo siempre a mi Felipín: "tu hermana Elena debería hacer las paces con Marichalar y volver a ser una ama de casa con pamela". Para ser empresaria con éxito necesita una estudiar Económicas y tener un padre poderoso. Elena incumple el primer requisito.