
Afortunadamente, la crisis no le restó brillo a los Premios Príncipe de Asturias. Pudimos darle un dinerillo a cada premiado, pagarles la habitación en el Hotel Reconquista y regalarles una escultura que, aunque no era de oro, vale lo suyo.
Yo creo que la crisis económica no existe. Es un cuento que nos cuentan los medios de comunicación. ¿Dónde está la crisis, vamos a ver?... En el teatro Campoamor todos los invitados estaban correctamente vestidos. Vi muchas marcas y ninguna era la barata Zara. Tampoco había crisis en el hotel. En mi vida vi más fabes que este año.
-Coma, mi Princesa -me decía Maripuri-. Sabe Dios lo que vamos a comer en los próximos meses.
-¿Tanta crisis sale en tu tarot, Maripuri?
-En mi tarot y en la EPA, mi Princesa. La Encuesta de Población Activa confirma el repunte del paro. En España ya hay gente que pasa hambre.
Mi doncella es una exagerada. La niñera Rafaela, en cambio, es más positiva.
-Acabo de reservar tres plazas en la cocina económica. Las ciudadanas Leonor, Sofía niña y servidora no pasaremos hambre gracias a la Iglesia cuando la crisis llegue a La Zarzuela.
Mientras mi Felipín leía un coñazo de discurso en el teatro, yo no podía quitarme de la cabeza el futuro. De momento no hay crisis, pero la puede haber.
-Oye, Felipe -le dije a mi marido-, ¿cuánto dinero hay en la Fundación Príncipe de Asturias?
-Ya repartí los cheques entre los premiados, Leta.
-Tú eres tonto. Les has dado nuestros ahorros.
-Calla, Leta, que tocan el Asturias patria querida.
Me puse a cantar. Allí cantaba todo el mundo. Hasta Su Majestad cantaba. ¿Y decían que hay crisis?
-La gente canta con la pena -me explicó más tarde mi doncella Maripuri-. Cantar es como llorar.
En el hotel me esperaba mi antigua profesora de inglés.
-Debes hacer algo por tus antiguas compañeras, Letizia. No tienen trabajo.
-¿Pasan hambre?
-De momento, les da Cáritas comida pese a que son ateas.
Le prometí a doña Estela darle un donativo a Cáritas Oviedo. En La Zarzuela no podemos contratar a más gente.
-No sé si hay crisis o no hay crisis, Felipe. Veo gente bien vestida, gente feliz y me cuentan que los comedores sociales tienen tanta clientela como los restaurantes -le dije a mi esposo.
Mi Felipín no quería escucharme. Prefería comentar con doña Sofía la música que tocaron en el evento.
-Niñas -les dije a mis Infantitas-, comed todo que dicen por ahí que hay crisis.
-Eso lo dice Zapatero -dijo mi Leonor muy seria-, pero no te preocupes, mami, la crisis acabará mucho antes de que yo sea reina. Nuestro Presidente tiene la fórmula para acabar con la crisis y se la va a contar a los norteamericanos.
Salí al pasillo y vi a Rafael Nadal.
-¿A dónde vas?
-A trabajar, Alteza. El Premio Príncipe de Asturias no da para vivir de rentas.
-¿Tú tienes crisis? -le pregunté.
-De momento no, Alteza.
Me fui a dormir tranquila. No estaban todos los españoles en crisis. Mi Felipín se acostó y no dormía.
-Felipe, ¿piensas en la crisis?
-No, Leta. Pienso en Zapatero. Su Majestad ya habló con Sarkozy, la reina de Inglaterra, el Papa, el Dalai Lama, Angela Merkel,..., y no hay manera de conseguirle una invitación para reunirse con Bush.
-Pues que vaya sin invitación.
Mi Felipín empezó a soltarme un rollo sobre protocolos y tonterías. Quedé dormida. Los discursos de mi Felipín me ahorran muchas pastillas para dormir.