En La Zarzuela nunca podemos celebrar San Valentín como mujeres y hombres enamorados. Siempre nos estropean la alegría con la Memoria Histórica del 23-F dichoso. -Pensé que moríamos, Letizia -se lamentaba doña Sofía al verse en televisión tal como era hace más de dos décadas-. Yo era muy joven para morir, no había criado a mis hijos. Juanito también paso mucho miedo, querida, ahí, metido en su despacho. -¿Ya tenía ese despacho? -Sí, querida. El Gobierno nunca nos negó dinero para muebles. Empecé a temblar. La Historia se repite, pensé, y yo podría ser una Reina sitiada. Mi imaginación volaba, veía a Aznar dando un golpe de Estado, a ZP arrodillado en el suelo del Congreso, a los nacionalistas pidiendo perdón por no ser españoles de corazón. -¿Tienes frío, Letizia? Tenemos la calefacción a 30º, pero podemos subirla algún grado más si tienes frío. Yo tenía miedo. Dejé a doña Sofía trajinando en los radiadores y me acerqué a la cocina. Mi doncella estaba preparando un caldo gallego. -Maripuri -le pedí-, deja esos grelos y mira en tu tarot si yo viviré un golpe de Estado. -Ojalá tuviéramos un golpe de Estado y no esta crisis. ¿Sabe usted, mi Princesa, cuánto gasté en el supermercado? ¡Una pasta! Con cincuenta euros no compras nada, gastas y no traes. Gracias a Dios, en su Palacio todavía hay gas para que yo pueda prepararle un caldo a mi familia. -¿Viviré un golpe de Estado, Maripuri? -¿Cuándo me paga, mi Princesa? ¿Y las propinas? Prometió usted ayudarme. ¿Cuánto le dio la presidenta de Argentina para mí? ¿Y Obama? ¿Envío Obama algunos dólares' Era imposible hablar con mi doncella. Fui a refugiarme a los amorosos brazos de mi Felipín. El miedo fue abandonando mi cuerpo. Entré en calor. Mi Felipín me besaba con amor. No, mi marido jamás permitiría que un golpista me matara. -¡Mi Princesa! ¡Yo quiero cobrar! Maripuri no sabe lo que es el amor, sólo piensa en el vil metal; es como una Patricia Botín sin padre banquero. -Tu doncella, si hubiera vivido el 23-F, le habría pedido el sueldo a Tejero antes de que la matara -refunfuñó mi Felipín. Elena llega muy enfadada. Se vio en la tele más joven y tiene depresión. También pide dinero. -Este San Valentín ningún hombre se acordó de mí. Marichalar ya olvidó que soy la madre de sus hijos. Cristina, en cambio, está optimista. Nos dice que ella ha prosperado mucho desde el 23-F. -Estudie una carrera, conseguí trabajar en La Caixa, me casé con un jugador de balonmano, tuve cuatro hijos,... Su Majestad nos propone un brindis. -Brindemos por España. Así lo hacemos. Mis Infantas aplauden, tus primos callan, Maripuri sigue diciendo que tiene que cobrar lo antes posible. Empiezo a comprender que para una pobre trabajadora son más importantes los euros míseros que para mí este diamante que me regaló mi Felipín por San Valentín. Hay personas a las que la necesidad las obliga a amar el dinero. |
Letizia no va a esquiar a Formigal
-
¿Dónde estaba nuestra Reina?
¿Dónde nuestra Reina estaba?
No lo sabemos, señores,
y así aquí contamos.
Don Felipe se ha marchado
a esquiar con machos alfa
...