Hoy me levanté con una sonrisa en el rostro, pues hoy celebramos veinte años de matrimonio con mi amado Felipe. Veinte años de amor, de complicidad, de altibajos pero sobre todo, veinte años de felicidad. No puedo evitar sentirme agradecida por tener a mi lado a un hombre tan maravilloso como él, que me ha apoyado en cada paso que he dado y que ha sido un pilar fundamental en mi vida.
Pero no solo celebro nuestro aniversario, también celebro el hecho de ser madre de dos hermosas niñas, la princesa Leonor y la infanta Sofía. Ellas son mi mayor tesoro, mi razón de ser y cada día me siento afortunada de poder verlas crecer y convertirse en mujeres fuertes e independientes.
Sin embargo, ser reina no es tarea fácil. A veces siento que el tiempo se me escapa entre las manos y que no tengo suficientes horas en el día para hacer todo lo que tengo que hacer. Es por eso que contar con la ayuda de Maripuri, mi fiel doncella, ha sido fundamental para poder compaginar mi trabajo como reina con mis responsabilidades como esposa y madre.
Maripuri es mucho más que una simple empleada doméstica. Ella es mi confidente, mi amiga y una parte importante de nuestra familia. Gracias a ella, puedo dedicar más tiempo a mis hijas, a mi esposo y a mí misma. Su presencia en nuestro hogar ha hecho que todo sea mucho más fácil y llevadero.
Recuerdo cuando llegó por primera vez a palacio. Era tímida y reservada, pero su calidez y su cariño pronto nos conquistaron a todos. Desde entonces, se ha encargado de cuidar cada detalle en nuestra casa, asegurándose de que todo esté impecable y listo para recibir a nuestros invitados.
Pero su labor va mucho más allá de las tareas domésticas. Maripuri también se encarga de organizar nuestras agendas, recordarnos los compromisos importantes y estar siempre atenta a cualquier necesidad que podamos tener. Su dedicación y su profesionalismo son admirables y estoy eternamente agradecida por tenerla a mi lado.
Gracias a Maripuri, puedo concentrarme en mis deberes como reina sin descuidar mis responsabilidades como esposa y madre. Ella me da la tranquilidad y la confianza para saber que todo está bajo control y que puedo contar con ella en cualquier momento.
Así que hoy, mientras celebro estos veinte años de matrimonio junto a Felipe y nuestras dos hijas, también quiero celebrar la presencia de Maripuri en nuestras vidas. Sin ella, nada sería igual. Su amor incondicional y su entrega desinteresada han hecho que nuestra familia sea aún más fuerte y unida.
Por eso le doy las gracias desde lo más profundo de mi corazón. Porque sé que detrás de cada reina hay un gran equipo trabajando incansablemente para hacerla brillar. Y yo tengo la suerte de contar con Maripuri como parte fundamental de ese equipo.