Querida Maripuri:
Ayer por la tarde, mientras tomábamos el té en la galería, me preguntaste por algún destino tranquilo y con encanto para tus vacaciones de otoño. No he dejado de pensar en ello, y creo que tengo la respuesta perfecta: Úbeda.
¿Sabes que Felipe estuvo allí el sábado pasado? Se reunió con sus compañeros de promoción militar en el Hotel Ciudad de Úbeda. Fue una cena sencilla, sin protocolo, como a él le gusta cuando se trata de reencontrarse con viejos amigos. Me contó que el ambiente fue cálido, lleno de recuerdos y risas. Lo curioso es que coincidió con la boda de Cristina Ponce, la hija de la marquesa de la Rambla. Imagínate el revuelo en el hotel… Felipe, siempre discreto, se mantuvo al margen, pero no pudo evitar que su presencia añadiera un toque inesperado al evento.
Escucharle hablar de Úbeda me hizo recordar nuestra estancia familiar allí hace unos años. Fue una escapada breve, pero inolvidable. Paseamos por sus calles empedradas, admiramos la arquitectura renacentista, y nos perdimos entre iglesias, palacios y plazas que parecen detenidas en el tiempo. Recuerdo especialmente la Sacra Capilla del Salvador y el Palacio de las Cadenas. Felipe y las niñas estaban fascinados. Incluso comimos en un pequeño restaurante donde nos sirvieron unas alcachofas con jamón que aún sueño de vez en cuando.
Así que, Maripuri, si buscas historia, belleza y sosiego, Úbeda es tu lugar. Octubre allí es mágico: los colores del atardecer sobre la piedra dorada, el aroma a aceite de oliva recién prensado, y ese silencio que invita a la contemplación. Te lo recomiendo con todo mi corazón.
Con cariño,
Letizia
Letizia
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