Estos días estuvieron por aquí los Presidentes de Argentina y aproveché para hacer una fiesta del pijama. Mi suegra quería invitar a Cristina, pero no era el caso. Por muy inocente que sea, estuvo sentada en el banquillo de los acusados y tendría que explicarle a Juliana ese sesgo justo que tiene la Justicia española en función del acusado. A la fiesta vinieron Elena con su Victoria Federica, cada día más alta, mi doncella Maripuri y otras importantes damas del país. La novia de Pablo Iglesias no estaba. Me mandó un e-mail diciendo que es anticapitalista.
Juliana me apreció muy simpática. No habla de la familia, ni del marido, pero te cuenta mil maneras de salir adelante. Las argentinas son muy listas. Me contó que en su juventud estuvo enamorada de Maradona, pero el amor por el pelusa se le pasó cuando conoció al actual Presidente de Argentina.
-Somos almas gemelas -le dije-. Yo también estuve enamorada de otro hombre antes de conocer a mi Rey de España.
-¿Era rico?
-No.
-Comprendo que lo dejaras.
-No lo dejé por pobre.
-Yo lo dejaría por pobre. Una mujer necesita un hombre con tarjeta de crédito y ahorros en Suiza.
Mi doncella Maripuri vino con una bandeja de filloas. Juliana pilló la bandeja para ella sola.
-¡Filloas! Son iguales a las que prepara mi doncella gallega.
-También les hice unas orejas.
-Trae, trae. ¿Te llamas Maripuri, verdad? Deberías cambiar el nombre. Yo te llamaría Purita.
-Soy Maripuri.
-Tú trae más filloas.
La fiesta del pijama se convirtió en la fiesta de las filloas. Se notó que estamos en Carnaval. Juliana, sentada en la alfombra que estrenó Isabel la Católica, comía y cantaba tangos. Aquello era la felicidad. En otra sala mi Felipe VI firmaba acuerdos con el Presidente de Argentina. Me asomé a ver cómo les iba.
-Necesitaríamos a su cuñado Urdangarín -le estaba diciendo el argentino.
-Se lo damos y también le damos a la Infanta Cristina para que hagan negocios para Argentina.
-¡Leta!
-Pero tienen que pedirle permiso a la policía suiza. Iñaki tiene que pasarse por el juzgado de Ginebra. Nada importante. Lo suyo es como lo de los parados: se pasan por la oficina de empleo para que les cuñen la tarjeta de desempleados.
Mi Felipe VI me acompañó de regreso a la fiesta del pijama. Creo que no le gustaba mi negociación con el Presidente de Argentina. Los hombres nunca nos saben valorar a las mujeres.
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2 comments:
Yo quiero emborracharme en carnaval así hacemos nosotros hombres friulanos: bares, vino tinto y amigos y éste año cigarros también porque en mi familia nació un hijo a mi prima... Los italianos celebran mucho los nacimientos ahora más que nunca ... Yo también celebraría el ser padre con un enorme fiestón con vino tinto...Mi pareja podrá decir que sin duda estaré feliz porque mi familia existe desde siglos y confiamos en permanecer vivos y preservar el apellido y la historia . Pero si mi pareja no quieria hijos no insistiré pero me sentiría culpable con mi familia.
Doña Reina...Esa señora que vino del mar tiene un estilazo que ya lo quisiera usted...con su permiso sin ánimo de ofender
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