Mi Felipe no está muy de humor estos días. Se enfada por cosas de los políticos. Comprendo que tema que se nos acabe la monarquía en España, pero no debemos alarmarnos antes de hora. María Antonieta y Luis XIV vivían muy felices hasta que los sorprendió la Revolución Francesa en un banquete.
Yo soy de no asustarme. Vivir en un susto no es lo mío. Por eso le dije a mi doncella Maripuri que buscara algún batido energético para mi marido. Felipe necesita ganar vitalidad, brío, juventud.
Maripuri encontró en el nevera de Palacio un batido de chocolate que tiene muchas proteínas. Lo servimos de merienda en vez del té que tanto gusta a mi suegra. Doña Sofía protestó un poco. Quería un té porque era la hora del té.
-Hoy es la hora del batido, suegra.
-Voy a probarlo -decidió doña Sofía-, pero mañana quiero mi té verde.
Felipe bebía su batido acompañándolo de unas pastas de té sin azúcar. Empezó a sonreír. Lo abracé.
-Soy feliz, Leta -me susurró al oído.
-Lo sé, amor. Yo también soy feliz.
Fue una merienda tan reconfortante que mi Felipe no le cogió el teléfono a Pedro Sánchez. No quería que el presidente del Gobierno de España le fastidiara la felicidad que habíamos conseguido gracias a un batido de proteínas con un rico sabor a chocolate de bocadillo infantil.
Os recomiendo este batido de chocolate. Para que podáis hacer el pedido os dejo el link. Estos batidos que vienen envasados en una práctica botella de plástico te los envían a domicilio. Recordad tirar el envase en el contenedor amarillo una vez que os hayáis tomado su contenido.
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