Soy una Reina de España enamorada. Me lo digo todas las mañanas cuando me levanto. El domingo es el día en que más me siento enamorada de mi marido. Es un placer levantarte tarde, abrazar al Rey de España y olvidarte de los problemas del mundo. Mi Felipe VI también se olvida de los problemas en nuestras mañanas de domingo caseras.
-Debería leer la prensa -me dice-. Lo de Venezuela puede ir a peor, Leta, y yo no sé nada nuevo.
-Olvídate de Venezuela. Es domingo, amor.
Mi Rey de España obedece. Apago los móviles. Sólo mi doncella Maripuri se atreve a venir a molestarme. Quiere saber si recibo al Presidente del Partido Popular. Ha venido con unos churros y quiere hablar conmigo para convencerme para hacer un viaje a Venezuela. Ni loca. Le digo a Maripuri que no salgo de mi suite.
-¿Puedo aceptar los churros del señor Casado?
-Yo de ti no los comería, Maripuri. Los del PP siempre nos trajeron bollería industrial.
Mi doncella Maripuri seguro que acepta el regalo. Está en plan ahorro. Desde que vio en el Youtube unos vídeos de tacaños extremos ha extremado su tacañería. Ahora acepta regalos hasta de los capitalistas. ¡Y mira que mi doncella es comunista de verdad!
Entra mi Leonor. Quiere saber qué se siente cuando una se enamora. Mi Leonor se está enamorando por primera vez. El chico es el hijo de nuestro jardinero. Me gusta. Lo veo todos los días ayudar a su padre en el cuidado de los jardines de nuestro palacio.
-El amor no tiene definición, hija. Ya sabrás lo que es.
-¿Qué se siente, mami? ¿Dolor de estómago?
-Eso es gastroenteritis.
-Pensaba que era amor. Entonces no estoy enamorada.
-Tal vez no. Debes estar empachada. Comiste muchas espinacas ayer.
Leonor es una adolescente muy responsable, pero es algo inocente. Es cosa de la edad. Hasta los 18 años una mujer no sabe lo que quiere ni a quien quiere. Lo mismo le pasa a mi Sofía. Su último amor era un niño más pequeño que ella. Se desenamoró cuando vio que todavía usaba chupete en la intimidad. Mis hijas son muy niñas todavía. Tienen que seguir creciendo por dentro y por fuera.
Vuelvo a pensar en el amor, en mi amor. Viene San Valentín. Espero que mi Felipe VI me regale alguna joya de oro de verdad. Cuando vengan tiempos económicos malos podré venderla en esas tiendas de "Compro oro". Pagan bien.
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A mis hijas le regalaron por Reyes un par de plumas de la Colección Meisterstück de Montblanc unos amigos nuestros y fue todo un acierto, no por lo que les gustaron a las niñas sino por lo mucho que me gustaron a mí. tiendacoruna.blogspot.com |
2 comments:
Yo estoy enamorada de la cartera de mi marido. ¿Hago mal? Creo que tú haces lo mismo, Reina.
Bsssssssss
Yo amo por amor y sólo por amor, querida Derrochadora. Me gusta tu web. Es ideal para una mujer como tú.
Besos de Reina de España
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