Estamos de fiesta. Leonor hizo su confirmación sin novedad. Pensé que se iba a poner nerviosa. Es un poco tímida. Afortunadamente, aguantó bien que el sacerdote del colegio Santa María de los Rosales le pusiera un poquito de ceniza en la frente. Felipe hizo de padrino. Se emocionó. Es muy padre.
Sofía miraba para ver lo que le espera dentro de un año o dos. Llevaba en el bolso unas toallitas húmedas para que su hermana se limpiara la ceniza. Leonor no quería quitarse la ceniza.
-Estate quieta, hija. Yo te quito la ceniza. No vas a ser la única confirmada del colegio de Santa María de los Rosales que salga con la frente manchada.
-Es una señal de santidad, mamá.
-No me vengas con esas cosas, amor. Yo ya no creo en nada.
Salimos juntos y felices de la iglesia de Aravaca. Los fotógrafos se peleaban por hacernos fotos. No había mucho que fotografiar. Yo iba de fondo de armario. Mi hija Leonor estrenaba un vestido azul duro que le cosió mi doncella Maripuri. Mi Sofía llevaba un vestido floreado que encontramos en un saldo de una tienda online. Todo muy baratito. Somos una Familia Real que no gasta... Estoy leyendo las críticas de las estilistas. Dicen que los zapatos de mi Leonor son míos. Es cierto. Tenemos el mismo número de pie y compartimos el calzado.
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1 comment:
Que pena señora que lo único que le importa usted es lucir sus nuevos diseños de ropa; que para eso lo pagan tanto?
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