Leonor lo está pasando muy bien en la Academia Militar de Zaragoza. Casi no nos llama. Por eso la llamo yo preguntando por la Princesa de Asturias.
-La soldada Borbón Ortiz está aprendiendo a limpiar correctamente sus botas -me contestó un señor que se identificó como general Peláez.
-¿No sabía limpiarse las botas? -preguntó escandalizada.
-Nos dijo que el calzado se lo limpiaba la doncella Maripuri.
-¡Mi doncella!
-No se preocupe, Majestad. La soldada Borbón Ortiz está haciendo grandes progresos.
Me despido del general Peláez. Estoy horrorizada. Yo pensaba que mi hija sabía hacer de todo y me acabo de enterar que no sabía ni limpiarse las botas. Es lo que pasa cuando te crías en un palacio con personal de servicio. Yo a su edad era una universitaria que vivía sola en Madrid ocupándome de todas las tareas de una ama de casa, además de ganarme la vida con mis primeros trabajos de periodista.
Se lo cuento a mi Felipe. Le dijo que nuestra hija está tomando lecciones de limpieza de calzado. A Felipe le parece normal porque él también tomó esas lecciones en la academia.
-Lo primero que me enseñaron fue como atarme bien las botas. No daba una, Leta. Era tan torpe porque siempre me había atado los zapatos el ayuda de cámara de papá.
-Es un escándalo.
-No, Leta, es normal. Las niñas y niños que nacemos y nos criamos en palacios no aprendemos esas cosas de la cotidianidad. Por eso nos viene bien ir al ejército.
Sofía pregunta si ella también tendrá que ir al ejército. Confiesa que nunca preparó un café. Maripuri es la encargada de hacernos el café a todos.
-¿No sabes hacer un café, hija? -pregunto al borde del ataque de histeria de una madre que no se entera de nada.
-Sé que tu doncella Maripuri prepara un café muy rico en la cafetera Obergozo de 12 tazas. Mira, mami, en esa cafetera de acero inoxidable que está sobre la encimera de la cocina.
-En la Academia militar de Zaragoza te enseñarán a preparar café en la cafetera italiana -le dice su padre-. Hasta te darán tips para que no te quemes. Hacer café es una tarea complicada, hija.
Decido no discutir. Repentinamente me da un ataque de risa. ¡Soy la madre de dos princesitas! Por eso no seré yo quien dé lecciones a las niñas de tareas de un hogar. El Gobierno de España me las manda a las academias militares y allí los generales les enseñan a limpiarse el calzado, atar las botas, preparar café en la cafetera italiana de doce tazas y hasta las enseñarán a dejar de morderse las uñas. Tenemos un ejército que no nos merecemos.
Yo me voy a comprar otra cafetera italiana. Encontré una en el siguiente link que trae un sistema de seguridad que evita accidentes en la cocina a personas que no son expertas en las tareas domésticas.
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La heredera al trono ha comenzado su formación militar, una etapa que afronta con 'muchas ganas' www.hola.com |
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