Leonor está enamorada... o eso creo. La vi muy contenta cuando aquel soldadito de su academia la saludó. Son muy jóvenes. El chico es el hijo de unos médicos que se ha metido en los ejércitos de España porque no sabía qué estudiar.
Mi hija está teniendo unos días muy intensos. Empezó encomendándose a la virgen del Pilar en Zaragoza, juró la bandera, vino al besamanos en el Palacio Real. No se puede trabajar más.
Y aún le queda la jura de la Constitución ante las Cortes el día de su cumpleaños. Para entonces ya estará su hermana Sofía en casa. También vendrá don Juan Carlos con un regalo desde Abu Dabi. Nos llamó hace unos días para decir que traería una caja de fruta fresca.
-Felipe me pidió que no llevara nada de mucho valor.
-En casa tenemos que comer.
-¿Entonces le llevo flores a la niña?
-También tenemos flores en el jardín.
Don Juan Carlos colgó. Siempre acabamos casi discutiendo porque mi suegro es un hombre muy difícil. Nunca lo acabé de entender.
Leonor regresó a Zaragoza. Tiene que seguir ensayando el desfile militar. todavía se la ve un poco verde en el arte de andar moviendo los brazos. También se la ve poco segura sacando la gorra para darle un beso a la bandera.
Yo estoy preparando los menús de las fiestas que le vamos a hacer a nuestra Princesa de Asturias. La comida está por las nubes. Si por mí fuera, prepararía una paella para todos. Pero no se puede. Felipe insiste en que tenemos que comer comida de algún chef.
-Mejor llama a Tamara Falcó. Ganó un Masterchef y cocina muy bien.
Le hago caso. Tamara me promete ser puntual en su llegada a las cocinas de Palacio.
-Les prepararé un menú de conejo -me promete.
-Que sea barato, por favor.
-Lo intentaré, Majestad.
Sigo con los preparativos. Mi doncella Maripuri plancha los vestidos. Yo leo la lista de invitados. No quiero que falte nadie a la fiesta de cumpleaños de Leonor. También invitaré al amigo soldadito de Leonor.
---------------------------
No comments:
Post a Comment