La Orden de La Jarretera

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 Premios y más premios. ¿O se dice distinciones? Dígase como se diga he de decir que ami Rey de España le han concedido la Orden de la Jarratera, un Toisón de Oro inglés que fuimos a buscar en persona. En Londres nos encontramos con Guillermo y Máxima. Venían desde Holanda a recoger su Jarretera.

 -Isabel II ha sido muy generosa -comenté.

 -No, querida -, contestó Máxima, ha sido una tacaña. Se ahorra una fiesta juntándonos en la misma cena.

 Puestos a ahorrar yo seria más tacaña que Isabel II de Inglaterra. Decidí llevar una diadema de las niñas en vez del sombrero protocolario. Todas las damas de la Corte me preguntaban de dónde la había sacado. Camilla me preguntó si era un aderezo sevillano. Yo no sabía ni que decir. Sonreía y callaba. Mi inglés es muy básico. Por eso hablé poco. Cuando no hablas piensan que callas porque eres erudita. Las dejé hablar de mi diadema y hasta permití que me la tocaran para que pudieran apreciar la calidad de la seda que la forraba.

 Finalmente pudimos llegar hasta la Reina de Inglaterra. La abrazamos y besamos con cuidado. Es la abuelita de Europa. No quisiera por nada del mundo mandarla al hospital por un abrazo demasiado intenso. hablamos de los niños. Isabel II se había olvidado de los nombres de sus bisnietos.

 -Son muchísimos -se excusó.

 -¿Qué tal los perros? -le preguntó mi Felipe VI.

 -Magníficos. No ladran nada.

 Isabel II les tiró unas galletas a los canes. Me parecieron galletas María. Máxima y Guillermo se sumaron a la conversación. Ellos también tienen perros en palacio. Máxima quería saber si los canes de la Reina estaban invitados al té de las cinco. No lo estaban. También quería oír a la Reina de Inglaterra contando chistes. Hubo té. Pero no hubo chistes. La Reina de Inglaterra no tenía un buen día. Creo que había discutido con Camilla, su nuera más famosa.

 Regresamos ayer mismo. Mi Felipe estaba cansado por las cuatro horas que duró el acto de la Jarretera y por los uniformes. La capa le pesaba una barbaridad. Tanto le pesaba que acabó riéndose para no llorar.

 -Espero que no me hagan repetir esto, Lea

 -No arrugues el traje, Felipe. Te vale de disfraz del Carnaval.

 Felipe vino durmiendo en el avión. Menos mal que tenía la animada charla de mi doncella Maripuri. Mi doncella ve muchas similitudes entre los caballeros de la Orden de la Jarretera y los Reyes de Juego de Tronos. No le falta razón. Todos ellos llevan un atuendo muy medieval.