Mi vida es una fiesta

​ Mi vida es una fiesta. Lo pienso cada vez que me subo a mis altos tacones y miro mi existencia desde la atalaya de la felicidad. Si piensas que eres feliz lo eres. Lo dice siempre mi doncella Maripuri. Por eso Maripuri no piensa en las tristezas. El otro día me dijo que había dejado de leer los periódicos.

 -Sólo leo los anuncios por palabras, mi Reina. Quiero enterarme de lo que hace la gente para salir adelante. Hay muchas que venden su cuerpo, otros buscan trabajo en cafeterías y algunos venden pisos y ofrecen préstamos.

 -Una buena lectura, Maripuri.

 Mis hijas, en cambio, están descubriendo lo mejor de la televisión. Las tengo enganchadas al Pasapalabra. No sé qué haremos ahora con las Herederas de España porque el Pasapalabra se acaba. Habrá que buscarles otro concurso de inteligencia en la pequeña pantalla. No quiero que mis niñas se aficionen a los programas del corazón y mucho menos deseo que se enganchen a los Gran hermano Vip y sin Vip.

 De política no hablo hoy. Sólo sé que Podemos anda dividiéndose entre Pablo Iglesias y Más país, un nuevo partido que tiene muchas aspiraciones. Podemos es como Juego de tronos: unos te quieren y todos te acaban traicionando. Pero nosotros, como dice mi Rey, no estamos para hacer política sino para reinar. Lo nuestro es ponernos guapos e ir a fiestas. Mi Felipe VI estuvo el pasado lunes en La Coruña inaugurando el año académico en la Universidad. Lo aplaudieron mucho.

 -¿Estaba Marta? -le pregunté.

 -¿Qué Marta?

 -¿Qué Marta va a ser? Marta Ortega, la hija de don Amancio.

 -No fui a Zara.

 -Marta debería haber ido a la Universidad de La Coruña, amor. Mereces sus aplausos después de la cantidad de ropa que compramos a las marcas Inditex.

 Mi Felipe VI no comparte mis opiniones. Es muy humilde. También es muy trabajador. España tiene el mejor Rey de su Historia. Bueno, lo dejo. Hoy no puedo escribir más. Mis trabajos de Reina me esperan. Que nadie diga que Letizia es una floja.

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