El submarino de Leonor es chulo. Muy grande, pero chulo. Le habían pegado una bandera de España cuando lo vimos. El submarino va a salir a navegar sin bandera fijo. Aquella bandera no aguanta ni un sumergimiento.
Leonor lo pasó bien en Cartagena. Quería ir sola. La convencí para que nos dejara ir con ella.
-Yo soy la madrina del submarino.
-Nosotros seremos tus acompañantes. Quedas mejor en las fotos rodeada por tu familia, cariño.
-Podría hacer unas fotos rodeada de militares -sugirió mi Heredera.
-No dés pie a habladurías, cariño. Recuerda la mala fama que cogió tu antepasada Isabel II por arrimarse tanto a los militares.
Mi Leonor suspira cansada. Irá con nosotros. Su hermana Sofía pregunta si hay otro submarino para amadrinar.
-Sólo pudieron construir un submarino, cielo. Son trastos muy caros.
-¿Y qué embarcación voy a amadrinar yo? -insiste.
-Una lancha de la Guardia Civil -bromea mi Leonor.
Mi doncella Maripuri le busca a Sofía un vestido que llame un poco la atención. Ya que no amadrina ningún submarino, por lo menos quedará guapa en las fotos. Yo opto por un vestido de ama de llaves. Estoy en una etapa de mi vida muy minimalista.
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