Leonor está ensayando los villancicos para las Navidades distintas que vamos a vivir en la Zarzuela. Ha decidido cantar en euskera para que veamos lo bien que domina la lengua del Norte de España. No tenía dudas. Cuando le parece me suelta un aita o un gabón que sólo entiende ella bien. El euskera es un idioma muy difícil para mí. Admiro a mi hija. Yo no me hubiera atrevido a recibir clases del idioma de nuestro País Vasco. Soy muy castellana de Asturias.
Mientras Leonor ensaya sus villancicos en euskera su hermana Sofía hace compras online. Le dije que saliera de Amazon por eso de la competencia. Me hizo caso. Hoy mi Sofi está mirando en la página web de El Corte Inglés lo que tienen de interesante en regalos baratos.
-Poco voy a poder comprar con treinta euros a la semana -se lamenta.
-Estira el dinero, hija. En Hacienda no sobran los euros.
-Ni en las ofertas encuentro regalos para todos.
-Compra unos bombones Ferrero Rocher -le sugiero-. A tus abuelas les encantan.
-Quería regalarles unos guantes.
-Compra cosas de comer, cariño -insisto-. La ropa nos sobra.
Leonor deja de cantar para recordarnos que hay que comprar un regalo para el Rey Juan Carlos.
-Todos los años le regalamos calcetines.
-Ahora se los regalan los árabes -dice su hermana Sofía.
-No digas esas cosas, cariño. Es mejor no hablar de política.
-Yo compraré calcetines para el abuelo -decide Leonor-. Déjame esa tablet, Sofi. Ahora me toca a mí comprar regalos online. Tú ve buscando los adornos de Navidad para el Palacio.
Da gusto verlas trabajar en equipo. Las dejo solas y me voy a ver si mi Felipe VI lleva bien su aislamiento por coronavirus. Toco una campanilla delante de la ventana de la habitación donde está confinado. Se asoma sin abrir la ventana y mueve las manos feliz. Parece que lo lleva bien. Le tiro un besito con la mano. Me tira otro. Esto es la felicidad. Estamos enamorados.
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GRACIAS POR ELEGIRNOS ESTA NAVIDAD DIFERENTE
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